Para calmarlos no hay necesidad de utilizar ningún tipo de agresión, los niños de ahora nacen con una inteligencia.
Los métodos agresivos antiguamente utilizados o los que hoy conocemos como disciplina punitiva son aquellos basados en la creencia de que para conseguir que un niño haga mejor las cosas en el futuro, primero hay que hacer que se sienta peor consigo mismo, recalca la terapeuta Lorena Pastor.
Los que más daña
La psicóloga Lorena Pastor, destaca que dentro de los métodos agresivos se encuentra el insulto, la humillación, la agresión física, regaños y críticas. Este tipo de disciplina no tiene en cuenta el daño físico y emocional que sufre el niño por lo que su aplicación solo ocasionaría en él, baja autoestima, temor e inseguridad.
En cambio, la disciplina positiva permite a los padres desarrollar un mejor vínculo y relación con sus hijos. Asimismo permite en los niños, el desarrollo de habilidades importantes para la vida como lo son las de capacidad, amor propio, poder e influencia en la propia vida, habilidades interpersonales, intrapersonales, sistémicas y capacidad de juicio.
TÁCTICAS
Actúa
Si estás tratando de que tu hijo deje de hacer algo y aunque se lo pidas no lo deja de hacer, tienes que actuar. Si lo que quieres es que deje de brincar en la cama, ve y sácalo de la cama. Si está jugando con un objeto que lo puede lastimar, quítaselo.
No hagas nada
Muchas veces es necesario que tus hijos se den cuenta de las consecuencias de sus actos. Siempre y cuando no envuelva una situación peligrosa deja que por ejemplo, se pinchen los dedos con la puerta o se resbalen. Poco a poco conocerán que necesitan tener mayor cuidado.
Usa la lógica
Para que obtengan lo que quieren, necesitas que tus hijos prueben que son capaces de tomar responsabilidades. Por ejemplo, si quieren usar la bicicleta, necesitan utilizar su casco y rodilleras. También, si quieren utilizar ciertos juguetes, que sean capaces de compartir.
Cuando hagas esto…
En vez de establecer toda una discusión tratando de convencerlo de lavarse los dientes, mejor dile: “Cuando te laves lo dientes, estaré segura que está listo para comer cosas con azúcar” o “las manos limpias son un requisito cada vez que vayas a cenar”.
Escúchalos
Es importante que tus hijos sientan que los puedes escuchar. Muchas veces el mal comportamiento que pueden estar teniendo puede deberse a un problema por el que están pasando. Siéntate y escúchalos, te sorprenderás de lo bien que funcionará.
Un abrazo
Un abrazo es terapéutico. Piensa cuántas veces nos han dado un abrazo y nos hemos sentido fabulosamente bien. Demuéstrale el amor a tus hijos, abrazándolos todos los días.
