Por Adrián Martínez
Nunca sabremos hasta dónde llegará
el dolor que se siente al perder al mejor amigo
se siente tan destructivo como perder el corazón mismo.
Existen seres en el mundo que no necesitan ser humanos
para arrancarnos toda atención del alma y hasta la vida misma.
Llegan siendo unos ángeles, lo son siempre y se van siéndolo hasta la eternidad.
Cuando Dios creo al universo dijo a todos
“Amen a su prójimo como a ustedes mismos”
y fue el perro el único que lo entendió.
El perro es el ser más puro de sentimientos en la Tierra
pues nadie como él sabe perdonar
un regaño, una patada, un abandono…
Por eso cuando los perdemos físicamente
los extrañaremos por siempre hasta los huesos.
Son tan fieles y tan nobles
que una vieja leyenda dice:
“Que nos esperan más allá de la muerte, para ayudarnos a cruzar el río de la misma, en agradecimiento al amor que les dimos en esta Tierra”.
Este escrito va a dedicado a DALTON un ser maravilloso que ayer abandono este mundo para ser más feliz en el paraíso que el creador del universo, le diseñó a los mismos.