Dada la gran concentración de dióxido de carbono presente en la atmósfera, el pH del océano ártico está cambiando.
Científicos del programa de Monitorio y Valoración del Ártico (AMAP, por sus siglas en inglés), han emitido un reporte informando sobre los cambios químicos más importantes. En éste, los investigadores detallan los factores que han propiciado dichas alteraciones.
En primer lugar, especifican que la absorción de dióxido de carbono es más rápida en agua dulce y fría; y que, dadas las numerosas vertientes de ríos y hielo que desembocan en el océano ártico, éste es más susceptible a secuestrar el gas. Así mismo, el creciente derretimiento del hielo presente en esta zona ha expuesto una mayor área líquida al dióxido de carbono presente en el aire, acidificando el océano.
Además, las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono están aumentando con el calentamiento global, agravando la problemática.
El equipo investigador ha podido observar un detrimento constante del pH ártico, disminuyendo 0.02 puntos por década desde finales de los 60?s. Con estos valores, los científicos estiman que la acidez del océano es 30% mayor hoy en día que a principios del siglo XX.
La acidificación del océano afectaría al ecosistema marino. Las propiedades y nutrientes en el agua se verían alterados. Y mientras que algunos organismos, como las algas, podrían responder positivamente ante el cambio, aumentando su población, otros probablemente estarían en desventaja y podrían enfrentar la extinción de manera local (en especial larvas, moluscos y huevos). Si algunos animales desaparecen de la zona, la cadena alimenticia en su totalidad se vería afectada.
Según el presidente del programa, Richard Bellerby, miembro del Instituto Noruego de Investigación del Agua, aunque las emisiones de dióxido de carbono se detuvieran por completo, le tomaría miles de años al océano ártico recuperar sus propiedades químicas originales.