Escrito por Redacción
Los cristianos viviremos jornadas de fe y espiritualidad de gran trascendencia, el próximo 13 de febrero se llevará a cabo la jornada de Miércoles de ceniza
Comienza una semana llena de significado, de diversión y de grandes contrastes. Por un lado, continúan el carnaval con toda la alegría que desparrama a su lado, el cual este año tendrá una pequeña prolongación con la celebración del día del amor y la amistad, el 14 de febrero, un día después de la clausura de estas fiestas.
Por otro lado, los cristianos también viviremos jornadas de fe y espiritualidad de gran trascendencia, pues mañana, 11 de febrero, se celebra la Jornada Mundial de oración por los enfermos y el próximo 13 de febrero se llevará a cabo la desbordante jornada de Miércoles de ceniza.
Desde el pasado fin de semana, y hasta el día de mañana, se ha intensificado la oración por los enfermos, las visitas domiciliarias y celebraciones especiales donde se les asiste ungiéndolos con el óleo de los enfermos.
Además de la fiesta y la alegría por el carnaval y el día del amor y la amistad, esta semana tiene una marcada vocación social por esta conciencia que quiere crear en torno a las necesidades de compresión, afecto y solidaridad que experimentan nuestros hermanos enfermos. Y también porque la llegada del Miércoles de ceniza intenta darle un giro a nuestra vida cristiana.
Los cristianos recibimos la ceniza no porque tenga un poder mágico, o porque nos garantice la suerte este año; no es un signo de protección ni una especie de amuleto ante la maldad y perversidad que hay en este mundo. Tampoco es para reivindicarnos después de los excesos que cometemos en la vida, y previsiblemente en el carnaval. La ceniza es un signo que revela nuestra condición humana si no estamos arraigados en el Señor, y sobre todo expresa el profundo anhelo de cambio, la renovación del corazón que debemos propiciar. La ceniza expresa de manera exterior lo que anhelamos suceda en nuestro interior.
Quienes nos acercaremos el próximo miércoles a recibir la ceniza aceptamos que la Palabra de Dios denuncia nuestro pecado y nuestras injusticias, y nos llama a un cambio verdadero. Aceptamos que estamos llamados a vivir en plenitud y que el pecado nos tiene esclavizados a la ambición, el placer, la corrupción, la mentira, la indiferencia, el orgullo, la soberbia y la superficialidad. Recibimos la ceniza no para hacer una lectura negativa de nuestra vida y dejar de valorar lo que hemos alcanzado, sino para confiar más en todo lo que Dios puede generar en nosotros y en la vida de la sociedad.
Desde esta perspectiva, el Miércoles de ceniza no es una jornada vinculada simplemente a la vida de la Iglesia, sino un espacio de reflexión, silencio, oración y arrepentimiento que todos necesitamos para estar en condiciones de asegurar una mejor dirección a nuestra vida.
Esperamos que esta jornada de fe que viviremos los cristianos se vincule al crecimiento en honestidad, compromiso, justicia y responsabilidad en nuestros deberes como ciudadanos. Asimismo, invitamos a nuestros fieles a no reducir el día del amor y la amistad a su faceta romántica. Estamos llamados a construir la cultura del amor y la solidaridad socorriendo a los pobres, cuidando a los enfermos y propiciando una nueva relación con Dios que le dé pleno sentido a lo que buscamos y construimos en esta vida