Por El Bicho Politikón
Todos teníamos la esperanza de ver morder el polvo a los corruptos del prianrd, salimos en masa a votar por ya sabes quién, de alguna manera representaba un cambio verdadero y no la continuidad de los tecnócratas.
El sexenio de Peña se había convertido en un gobierno de cleptómanos y mitómanos… el grito fue estridente: no más corrupción, no más impunidad, no más violencia.
Eran las seis de la tarde y todas las encuestas de salida daban un claro ganador, para las ocho de la noche el anuncio oficial fue anecdótico, todos los actores políticos ya habían aceptado que Andrés Manuel López Obrador sería el primer presidente de izquierda en éste país.
La alegría estaba por todos lados, los números le daban tal fuerza al Movimiento de Regeneración Nacional que el sueño parecía haber tomado por asalto a la realidad… ahora sí, por el bien de todos, primero los pobres.
Cosa curiosa, con el triunfo, el radical Andrés se tornó moderado, de pronto se volvió amoroso y le dio por perdonar a los corruptos, la impunidad respiró aliviada, la violencia creció y el “perdón por mi estúpida esperanza” de la Zavaleta, pensamiento en voz alta de millones que creímos en que el cambio era posible.
Desde ese primero de julio se acabó el gobierno de Peña y empezó el de Andrés.
Hace un año que yo tuve una ilusión, hace un año que se cumple en éste día… y yo inocente, tan confiado le entregué mi voto, perdón por mi estúpida esperanza.
Pues eso.
