En un rancho que se ubica en la colonia J. Mario Rosado, de Las Choapas, a escasos metros del fraccionamiento Polanco, muy cerca de la carretera Cuichapa Las Choapas.
Felipe García Hernández
Las Choapas, Ver.
Sin vida y dentro de una fosa clandestina en un rancho del municipio de Las Choapas, fue encontrado el periodista Gregorio Jiménez de la Cruz, así como dos cuerpos en tanto que cinco personas fueron detenidas.
Durante un fuerte operativo que desencadenó el gobierno del Estado a través de las corporaciones policiacas, estas dieron con el cuerpo de “Goyo” de 40 años de edad, quien tuvo su domicilio particular ubicado en Villa Allende.
El periodista de la fuente policiaca fue levantado hace una semana por un comando armado, luego de que fuera a dejar a sus hijos a la escuela y justo al llegar a su humilde vivienda, sin embargo, después de una intensa búsqueda esta llegó ayer a su fin.
Elementos de la Agencia Veracruzana de Investigaciones, Policías Estatales y Grupos de Inteligencia, así como de Fuerzas Federales, ingresaron al municipio Choapense desde muy tempranas horas causando expectación entre la ciudadanía.
Nadie de los habitantes imaginaba que el periodista se encontraba en esta ciudad, aunque todos se preguntaban qué habría pasado, o si es que esta vez las autoridades darían un fuerte golpe a la delincuencia organizada que predomina y opera frente a sus narices.
Sin embargo, mientras los minutos transcurrían los uniformados lograron ubicar en diferentes puntos de esta localidad a tres personas, haciendo un total de cinco detenidos pues dos ya habían sido capturados en días pasados por este caso que ha conmocionado al país entero.
Entre los detenidos confirmados por las autoridades se encuentra la autora intelectual de este crimen, la cual es vecina del extinto Gregorio, cuyo nombre responde al de Teresa de Jesús Hernández Cruz, dueña también del bar “El Mamey” que se ubica en villa Allende municipio de Coatzacoalcos.
Esta persona como se recordara lanzó una serie de amenazas de muerte en contra del comunicador y finalmente las cumplió, ya que cierta cuota les pagaba al crimen organizado para su protección personal y de su negocio, pidiéndoles incluso un favorcito a cambio de una lana extra.
Con ella cayó el autor material cuyo nombre responde al de José Luis Márquez Hernández, quien habría recibido la raquítica cantidad de 20 mil pesos para darle muerte al periodista que laboraba para el Notiver, Liberal del Sur y la Red.
A estas detenciones se sumaron tres más, mismas que cayeron en La terminal de segunda clases en Coatzacoalco, durante el operativo policiaco, las cuales participaron y confesaron donde habían enterrado el cuerpo de Gregorio Jiménez de la Cruz, al cual ubicaron varias horas después en un rancho propiedad de la familia “Sastre”.
Esta propiedad se encuentra en la colonia J. Mario Rosado y a escasos metros del fraccionamiento Polanco, allí, dejaron al descubierto la casa de seguridad donde lo mantuvieron cautivo, en tanto que la fosa clandestina donde lo enterraron se hallaba unos 500 metros adelante.
La hora de la verdad llegaría, cuando las corporaciones junto con peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), comenzaron a excavar encontrando efectivamente el cuerpo del reportero, así como dos más apodados (El Bemba) de oficio taxista y ligado presuntamente a la delincuencia organizada, así como (El Draga), quien era el jefe de plaza en Las Choapas.
De lo anterior, las autoridades se mantuvieron herméticas e incluso impidieron una vez más el trabajo de la prensa, para después retirarse del lugar rápidamente con el cuerpo y los detenidos a bordo de una decena de unidades tipo Lobo de color blanco, sin placas de circulación y para variar polarizadas.
Cabe señalar que en la fosa clandestina, se halló bastante cabello, sangre coagulada y cientos de moscas, mientras que el olor era insoportable, así mismo, no dejaron ningún elemento policiaco resguardando el área, solo cintas amarillas precautorias.
Al interior de la casa de seguridad, se hallaba una colchoneta y galones de agua, así como víveres, mientras que en el exterior, papeles de baño sucios, por lo que la gente que vive en los alrededores aseguraron tajantemente a este medio informativo que nunca vieron, ni escucharon nada.
Es importante mencionar que van 15 periodistas asesinados desde el 2000 a la fecha en Veracruz, 10 de ellos según estadísticas en el actual gobierno de Javier Duarte de Ochoa, así como cientos de agresiones, convirtiéndose el Estado en uno de los lugares más peligrosos del país para el ejercicio periodístico.
