De repente me sentía rara, como si paseara dentro de mi propio sueño”, declaró la joven a la prensa. “Antes de darme cuenta, me descubría a mí misma dormida en el sillón. Fue entonces que mi mamá me llevó a Urgencias”. Los primeros síntomas comenzaron cuando Chiara tenía 14 años.
“Cada vez que me ocurre tengo la impresión de vivir en un sueño. Las personas me hablan, pero yo no reacciono de manera apropiada –explicó para un reportaje de RTBF Info– De hecho, todo me asusta. Siempre tengo deseos de dormir. Y no puedo hacer nada contra eso”.
No obstante, esta última crisis no puede tratarse como un estado de coma de tres meses. Según explican los especialistas, en etapa crítica la joven se despierta una vez al día para alimentarse y hacer sus necesidades, luego recae en una especie de letargo prolongado.
Sin embargo, lo extenuante de los periodos de vigilia son las alucinaciones de las que ella es víctima, que incluye voces que suele escuchar. “Un infierno”, confiesa.
“Dormir es una fuerza contra la cual no puedo luchar, un medio de escapar de la realidad”, aseguró Chiara para el diario La Derniere Heure.
Se trata, en realidad, de un caso clínico inaudito. En cuatro años esta joven belga ha pasado por nueve crisis puntuales de hipersomnia.
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