La CIA la DFS y el crimen de dos periodistas

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Por Juan Antonio Valencia

En un día como hoy, pero de 1984 fueron asesinados en lugares distintos, los periodistas Manuel Buendía Tellezgirón y Javier Juárez Vázquez. El primero columnista del periódico Excélsior de la ciudad de México y el segundo, director y reportero del semanario Primera Plana de la ciudad de Coatzacoalcos, Veracruz.

El crimen de Buendía Tellezgirón, fue resuelto a medias, con la detención de uno de los autores materiales y uno de los autores intelectuales en su calidad de intermediario, (José Zorrilla) no así Manuel Bartlet Díaz, entonces secretario de gobernación y hoy director de la CFE y a quien la opinión pública y periodística, lo consideró el principal autor intelectual.

Del asesinato de Juárez Vázquez, probadamente ligado al crimen de Buendía Tellezgirón, solo se inició en una investigación a medias que no concluyó en nada, al dejar exentos a los autores materiales y al autor intelectual, no así a un autor intelectual intermediario, (Hilario Beltrán Ruiz +) a quien le iniciaron un juicio a modo y finalmente salió libre; quedando impune el crimen a treinta y cinco años de ocurrido.

Este es uno de los homicidios del que más se ha escrito, porque entre más se le escarba, mas sale.

Juárez Vázquez maquilaba su periódico semanal, en Editorial Nuestra América, donde se editaba también la revista ¿Por qué? Que publicaba y apoyaba a la guerrilla y auspiciaba ya los inicios de la guerrilla en Chiapas, misma que terminó en tiempos actuales aliada al PRI.

En su último número de Primera Plana, Javier realizó un artículo sobre la guerrilla nicaragüense, entrenando en la sierra negra de Puebla, bajo auspicios de la DFS y la CIA. y advertía de publicar más sobre ese tema.

Otro dato interesante, fue y sigue siendo las sospechosas actividades de funcionarios municipales de Coatzacoalcos y empresarios en su incursión en la laguna de Términos en el estado de Campeche, en donde Rafael Caro Quintero tenía un rancho que cuidaba su compadre Pepe.

Juárez Vázquez amenazó con publicar la verdad sobre el verdadero viaje a ese rancho con pista de aterrizaje de la que se descargó interesante pedido, del que se tienen características y que en ese tiempo, obviamente afectaban al entonces alcalde Juan Hillman Jiménez.

El 29 de julio de 1995 el The Washington Post, a través de la periodista Dolia Estévez, da a conocer la relación como informante de Juárez Vázquez hacia Manuel Buendía como resultado del espionaje e investigación de la propia CIA norteamericana.

Más datos se obtienen cuando un compañero periodista, días antes de su asesinato, se encuentra en la ciudad de México a Javier Juárez Vázquez, y este le comenta que va a la oficina de Manuel Buendía para unos datos.

La relación periodística Buendía-Vázquez, quedó más que probada pero no consta en la investigación oficial.

Buendía es asesinado a las cinco de la tarde del miércoles 30 de mayo de 1984. Dos sujetos vestidos de negro en una motocicleta (José Luis Ochoa Alonso y Juan Rafael Moro Ávila) le dispararon por la espalda sin darle tiempo de desenfundar su revolver 22.

En Coatzacoalcos a las 22: 00 horas del miércoles 30 de mayo, es secuestrado en la gasolinera Abasolo de Juárez y Aldama Javier Juárez Vázquez. Su vehículo una vieja vagoneta Grenlim, quedo abandonada frente a la Universidad Veracruzana, donde hipotéticamente fue entregado a un grupo criminal de cuatro gatilleros.

Los homicidas tomaron rumbo a la carretera antigua a Mina, donde en una finca fue torturado y llevado a la entrada del poblado El Carrizal, municipio de Minatitlán, en donde entre el monte, en una curva que hace la carretera, lo mataron de cuatro balazos calibre 45, presumiéndose de acuerdo a dictamen forense, que perdió la vida entre 00:00 y las 02:00 horas.

Al día siguiente jueves, su cadáver fue encontrado.

Hasta su muerte Hilario Beltrán Ruiz, (a) el “Chaneque” Ex comandante de la Dirección de Seguridad Pública del Estado, negó haber plagiado al reportero y entregado a pistoleros del sindicato petróleo de Nanchital.

Dos veces explicó a este reportero siendo aún comandante, no haber intervenido en la muerte del comunicador, y hasta dio datos de unos narcotraficantes. Obvio, no me iba a decir que si participo, pero los datos de su cercanía con el líder del sindicato petrolero de Nanchital, y su participación quedó firme.

Hilario Beltrán Ruiz, en 2012 de cáncer en un hospital de Villahermosa, Tabasco; los cuatro autores intelectuales del homicidio del periodista, fueron asesinados en diversos puntos del estado y en Oaxaca.

El autor intelectual del sangriento y cruel asesinato, se suicidó.

Otro de los que orquestaron el crimen, vive, pero su carrera política quedó manchada de sangre y vive el olvido; de lo robado en ese trienio, alcanzó para que su familia viva hoy en la opulencia, pero con dinero que sigue manchado de sangre…

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