La historia de hoy…“Maldito por tu culpa he matado a un inocente” gritó el sicario y le descargó el arma.

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Las Choapas Ver.-

Redacción.-

Apenas el pasado 4 de marzo habían matado a su padre víctima de una venganza, el sicario gritó que no había podido detener la bala; “maldito por tu culpa he matado a un inocente” y volvió a cargar su arma para descargarla en la humanidad de su victima

La madre José Eduardo García Drullut pagó por adelantado el funeral.

Tres historias de vidas diferentes se juntaron aquel fatídico día en que un sujeto que distribuía droga fue asesinado por dos sicarios,  José Eduardo García Drullut, de 26 años quien huía de sus ejecutores y con un balazo en el hombro se metió a una tiendita clásica de esas de barrio que los propietarios abren para obtener ingresos ante la grave crisis en la que están sumidos millones de mexicanos.

Apenas el 4 de marzo pasado su padre Víctor García Trinidad un ex policía estatal también fue víctima de la violencia de las actividades ilícitas de su hijo.

Tres ingresos seguidos tuvo este sujeto a las celdas de la policía municipal y como el mismo lo predijo a los medios de comunicación la última vez que fue liberado, “me voy, tengo prisa, porque tengo las horas contadas”, ya sabía que iba a ser ejecutado.

Tan sabia su destino que días antes su señora madre después de que su padre Víctor García fue asesinado tuvo que emigrar a otro estado de la república junto con sus hijas y antes de partir habló con el dueño de una funeraria y dejó pagado el servicio, ella sabía el trabajo que tenía su hijo, un camino que él mismo eligió, el camino más fácil que nos arrastra a ser desechables ya que si no te elimina el rival, lo hará la policía, o el mismo patrón por algún trabajo mal realizado.

Aquel  22 de abril del presente año todo fue tan rápido comentó su abuelita doña  Reyna Monrroy Santos la que había ido a visitar el pequeño Yosmar Emmanuel Sánchez Ramos, fueron segundos el sicario venia disparándole a José Eduardo y al ver al pequeño lo agarra, lo carga y lo pone como escudo, el sicario acciona la pistola y ya no puede detener  la bala ni tampoco girarla y le pega el tiro al pequeño, el sicario grita maldito seas me pagan para matar a los malos y hoy por tu culpa he matado a un inocente por lo que el siguiente disparo se lo da en la cara, vuelve a recargar el arma y enojado le da varios tiros más al cuerpo ya inerte de su víctima; en total seis impactos más.

Yosmar el menor de 8 años, estudiaba el tercer grado en la escuela Vicente Lombardo Toledano, del turno vespertino y a decir de su abuela, era el mayor de sus nietos, era un niño muy alegre que llegaba seguido a visitarlos a ella y a su abuelo Teodoro Sánchez Díaz.

 

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