La tragedia que nos hermanó hace 33 años

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Lázaro Cruz García.-

Hace 33 años, el sismo del 19 de septiembre marca un antes y un después en la historia de México y de quienes vivimos esa experiencia, siendo muy joven trabajaba en la calle Durango en la colonia Roma de la Cd. de México en un despacho contable de mi amigo y maestro Víctor Manuel López Luna, era una mañana normal del jueves 19 de septiembre; como todos los días de rutina nos alistábamos para hacer la travesía en metro desde la estación Panteones hasta Pino Suárez y de ahí a la estación Insurgentes, para tomar la calle Durango.

Ese día, según el reporte oficial 7:19: 47 minutos se registraba un sismo de magnitud de 8.1, en la escala de Richter con una réplica similar al día siguiente.

Al llegar a la estación todo era un caos, debido a que el servicio del metro había sido suspendido, por lo que tomamos con unos amigos un taxi para llegar a la colonia Roma una de las zonas más afectadas.

La destrucción fue inimaginable, en dos minutos derribó edificios enteros en las colonias como la Condesa, Roma, Cuauhtémoc, Juárez y Centro entre otras.

Esta tragedia que enlutó cientos de hogares ha servido para despertar conciencias y aplicar reglas no escritas de ayuda mutua y de organización entre la ciudadanía, nunca antes se había visto una solidaridad nacional, que nos hermanara y nos concientizara como sociedad.

A 33 años las heridas no han cerrado, siguen ahí presentes y se recuerdan a manera de homenaje póstumo para tener presente a las víctimas de esa trágica mañana.

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