Libertad de expresión

0
736

Los Pioneros. . .

Coatzacoalcos Ver.-

Juan Antonio Valencia

Siempre es necesario saber de dónde viene el ejercicio periodístico, para tener una idea de cómo se ha desarrollado, lo que primero fue un oficio o una ocupación y que posteriormente la convirtieron en una carrera profesional, para darle un mayor tecnicismo y ampliar el círculo de influencia en las fuentes de empleo.

Esculcando viejos libros, nos encontramos que, los orígenes del periodismo en México, se remontan al siglo XVI, en la Nueva España, cuando se hizo circular por las calles, información a través de los famosos pregoneros.

En 1539 llega a la Nueva España la primera imprenta, por medio del  impresor italiano Juan Pablos, con lo que inicia la circulación de hojas impresas como volantes de información, estilo que en algunas ciudades de provincia, ante la falta de equipo y poder económico, aún se usa para difundir información.

Fue en 1719 cuando se crea el primer periódico en México; El Jornal Económico Mercantil de Veracruz. Después en 1722, La Gaceta de México y Noticias de La Nueva España.

El que marcaría la historia, sería presentado en 1810 en Guadalajara, cuando nace  El Despertador Americano  fundado por el sacerdote español, Miguel Hidalgo y Costilla, bajo la dirección de Francisco Severo Maldonado. Medio impreso que estaría sujeto a la independencia de México.

En ese contexto, la historia señala que la relación prensa-gobierno, surge, cuando el dictador Porfirio Díaz, apoya económicamente la apertura de El Imparcial que fue entonces el periódico más moderno de México; fundado en 1896 por Rafael Reyes Espíndola.

Obviamente no existían escuelas de periodismo que formaran la base medular del naciente periodismo en nuestro país.

¿El huevo o la gallina?

Para 1923, egresa de la escuela libre de derecho, con excelentes calificaciones, el abogado, Fernando Diez de Urdinavia, poblano, nacido el 1° de noviembre de 1897, quien desde 1916, ejercía el periodismo empírico como reportero del periódico El Progreso del Pueblo.

Metódico en sus notas y reportes, ejemplo de un buen periodismo, Diez de Urdinavia, fue invitado por Luis Beltrán y Mendoza, fundador de la escuela de periodismo de Acción Católica Mexicana, como su primer director, al iniciar esta institución, funciones el 30 de mayo de 1949.

Sin tener validez oficial por un órgano educativo gubernamental, Fernando Diez de Urdinavia, estuvo al frente del plantel, hasta 1951, en donde le sucedió, Carlos Septién García, (1951-1953) cuya vocación periodística desde los doce años, lo habían convertido desde su juventud en un periodista muy eficiente.

Egresado de la carrera de Derecho en la UNAM 1938 continuó su vocación al publicar diversas revistas estudiantiles. Posteriormente, se integró al periodismo profesional fundando diversos medios impresos.

Periodista desde siempre, colaborador de El Universal, filósofo del periodismo, cronista taurino, entrevistador, articulista, columnista y cronista político de la Cámara de Diputados, Septién García había contribuido a dar impulso a la idea de crear la Escuela de Periodismo, constituyéndose en uno de sus más destacados maestros.

Por su labor docente y trayectoria, su nombre quedó hasta nuestros días, a la escuela de periodismo, en reconocimiento póstumo a su brillante trayectoria periodística.

Fue hasta el 2 de julio de 1976, cuando la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, la primera institución educativa de México en impartir estudios de periodismo, obtuvo su reconocimiento de validez oficial de estudios ante la Secretaría de Educación Pública. Posteriormente las universidades, tanto públicas, como privadas, dieron apertura a la carrera de ciencias de la comunicación, que en nuestros días abarca, materias relacionadas al periodismo impreso, electrónico y digital, con nuevas técnicas que incluyen otras áreas.

La carrera está más dirigida a la formación de exponentes a fuentes de empleos, que a la faceta de nuevos emprendedores, debido a que el objetivo, no madamas es el periodismo; sino el empleo editorial, que se define, en editores, correctores, jefes de oficina, jefes de prensa, relaciones públicas etc.

¿Pero que entendemos como periodismo y quienes son periodistas?

Primero, el diccionario universal de la lengua, dice que periodista es; (a) la persona que se dedica a informar al público de las noticias que ocurren, a través de la prensa, la radio o la televisión.

(b) La persona que se dedica a escribir para un periódico; la persona que compone, escribe o publica un periódico.

(c) Un articulista que escribe artículos tanto para periódicos como para publicaciones análogas o un editorialista  encargado de redactar en un periódico los artículos de fondo.

(d) Un corresponsal o enviado especial, desde otro punto o lugar, que envía  noticias a la redacción de su periódico o medio de comunicación.

Hasta ahí la definición, puede considerarse motivada. Pero para fundamentar esa definición, agregaría lo siguiente. Esto es a título personal.

Desde mi punto de vista, sin que esta opinión, pueda ser veraz, considero que dentro de la modernidad que se vive; el modelo periodístico sufrió cambios considerables.

Creo firmemente que se divide en tres facetas. En forma individual; comunicador, reportero y periodista.

Y lo desgloso de esta forma, insisto desde una óptica personal. Egresado de la facultad de ciencias de la comunicación, el comunicador, que trascribe la grabación en donde solo acercó la grabadora al funcionario, y este dijo lo que quiso.

El comunicador solo trascribe redacta y publica. Comunica.

El reportero, toma datos, graba cuestiona, redacta, revisa, agrega de acuerdo al conocimiento que posea en relación a su nota y publica.

El periodista domina ya las anteriores facetas, pero también tiene o debe tener la capacidad de realizar entrevista, crónicas, reportajes, análisis de diversos tipos, documentales, artículos de fondo, editoriales, columna, social, política, económica, policiaca, deportiva etc.

Y lo mismo tiene o debe tener capacidad para cubrir información deportiva, social, política, policiaca, económica y conocimientos de otras materias.

Dejo en claro que desde mi muy personal apreciación, columnista no es aquel que solo hace comentarios de publicaciones, (refritos), sino el que crea su propia información, investiga, analiza, conjunta y define un criterio que puede crear opinión.

El comentarista es alguien que desde su óptica, busca influir, tratando de dar otra faceta a lo ya publicado, hace recomendaciones, halaga y elogia y por otra parte critica, más tarde hace todo lo contrario, respectivamente.

Sin ser titular de la verdad, considero que esas tres facetas, son el resultado de la modernidad actual, en donde convergen, egresados de la facultad de ciencias de la comunicación y empíricos, que tienen otra profesión, como ciencias penales, periciales, economía, trabajo social, contaduría, carreras truncas u ocupaciones artesanales.

Jorge Romo Velázquez, maestro universitario, define como ciencia todo aquel conocimiento adquirido a través del estudio, constituido por una serie de principios y leyes, deducidos mediante la observación y el razonamiento, y estructurados sistemáticamente para su comprensión en las aulas.

La etimología viene del vocablo latín, scientĭa, que significa, conocimiento, saber.

Por lo que hace al empirismo; parte de la base de que, solamente es posible conocer con absoluta certeza, mediante la observación sistemática.

Es, dijo, un método o procedimiento que está basado en la experiencia y en la estricta observación de los hechos.

Su etimología, viene del griego y se compone de tres partes que son el prefijo en- que equivale a “antes”; la palabra peiran que significa “tratar” y el sufijo –ismo que se traduce como “doctrina o actividad”.

Filosóficamente, el empirismo constituye una teoría relacionada al conocimiento que acentúa el valor de la experiencia y de la percepción sensorial en el surgimiento de las ideas.

Pero, para que el conocimiento sea válido, debe ser probado a través de la experiencia, para convertirla en la base de toda clase de saber.

Y es verdad, la experiencia viene de la práctica y la práctica, hace al maestro, bajo estos conceptos, empíricos y egresados, adquieren mayor conocimiento, para el ejercicio de un buen periodismo.

Carlos Ferreyra Carrasco, maestro de generaciones en la Unidad Acatlán de la Universidad Autónoma de México, articulista de Milenio, La Crónica y otros medios, sostiene que el periodismo es como construir una pared de ladrillos. Así de elemental. Se coloca una palabra tras otra, se pega con los artículos necesarios y van surgiendo los textos, pero en justicia, no necesariamente la ideas.

Los trabajadores de los medios, somos pues, simples alarifes.

Ferreyra Carrasco, insiste en que el periodismo en México, se ha enanizado; “los reporteros gracias al Internet, logran aportaciones esplendidas en términos informativos, pero carecen de espíritu, del involucramiento del reportero, que era lo que le daba el alma a los materiales.

Un reportaje sin la impresión personal y lo más desprejuiciada posible de su autor, si una derivación de su opinión y sin una conclusión, aún errónea; representa la acumulación de datos impersonales, justos, pero fríos.

Siempre recomendé a mis alumnos; objetivos, siempre; imparciales, jamás. Eso y nada más, es el alma del reportero. Pero creo que ya no existe más.”

En mi apreciación personal, creo que para no acumular datos fríos, es necesaria la preparación, para así conjuntar una opinión, pero en base al conocimiento del hecho, si carecemos de ello, no dejaremos parte de nuestra personalidad en cada trabajo, por sencillo que este sea y este quedará sujeto a una simplemente comunicación…

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here