Llanto e impotencia marcan entrega de hondureños muertos en “La Bestia”

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Tegucigalpa – Un ambiente de dolor, llanto, tristeza e impotencia se respira en la base aérea Armando Escalón de San Pedro Sula, tras la llegada esta tarde de los féretros de seis hondureños muertos en el descarrilamiento del tren conocido como “La Bestia”, hecho ocurrido el pasado domingo en la comunidad de la Tembladera, en el municipio de Huimanguillo, Tabasco, México.
  Todos los cuerpos vienen completamente identificados dijo una fuente oficial.
 Tres de los seis cuerpos están en avanzado estado de descomposición, por lo que deberán ser sepultados lo más pronto posible.
 A la terminal aérea sampedrana llegaron los familiares de los seis catrachos que fracasaron en la búsqueda del sueño americano, quienes esperan trasladar los cuerpos de sus seres queridos a sus lugares de origen para darles cristiana sepultura.

 Algunos familiares de los fallecidos lloraban sin parar y abrazaban los ataúdes en señal de impotencia y desesperación, en una escena dramática y desgarradora.

 Entre lágrimas el señor Ermes Valle Hernández, padre de Darlin Ariel Valle Banegas de 18 años, originario de Cedros, Francisco Morazán, contó que hace un mes su vástago se lanzó a la aventura de llegar a los Estados Unidos.

 “Él (Darlin) viajó el 28 de julio, pero regresó porque lo detuvieron en Tabasco, retornó con unos amigos a Tegucigalpa, pero luego se volvió a ir sin que yo me diera cuenta”, dijo.
 Don Ermes confió que la primera vez que Darlin se fue con dirección a los Estados Unidos hablaron tranquilamente y le dijo: “Papi, yo me voy porque le quiero echar la mano para que salgamos adelante. Pero yo le contesté que no se fuera, que trabajáramos aquí sembrando frijoles y maíz”.
 “Ni quiera Dios, es un momento difícil el que estoy viviendo, pero qué puedo hacer, sólo tener paciencia”, expresó con resignación. Don Ermes recuerda a Darlin como un muchacho estudioso y que no era malcriado.

“El (Darlin) ya había estado allá en los Estados Unidos trabajando en una fábrica de pollos, en una granja, allí lo agarraron y lo regresaron. Pero se volvió a ir y cuando hablábamos le decía que le ayudara a su madre porque madre sólo es una”, apuntó.

 Por su parte, doña Norma Ponce, familiar de Félix Ponce Aquizón, originario de La Libertad, Comayagua, recordó entre lágrimas que “él (Félix) se fue contento y me dijo que para diciembre, si Dios lo permitía, me iba a mandar un dinerito para hacer un par de tamalitos”.
 Agregó que “me dijo que iba con el fin de trabajar, aunque sea por un año, para ayudar a sus hijas, porque tiene unas cipotas estudiando”.
 Con relatos desgarradores transcurrió la entrega de los cuerpos de Rubén Gómez Aguilar, Félix Ponce Aguizón, Gerardo Antonio Sandoval Díaz, José Manuel Guerrero Sabillón, Darlin Adriel Valle Banegas y Rufino Aguilar Ferrera.

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