Los claroscuros de la reforma hacendaria, según analistas

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JUAN PABLO ZAMORA/CUARTOSCURO.COM

TOMADO DE ANIMAL POLITICO

La reforma hacendaria, presentada el domingo 8 de septiembre por el presidente Enrique  Peña Nieto, prevé gravámenes a colegiaturas, conciertos, comida de  mascotas, viajes en autobuses foráneos, e incluso, a chicles, para  recaudar 240 mil millones de pesos. El gobierno federal espera que con una mayor  recaudación pueda echarse a andar una reforma social que otorgue seguridad  social a la mayor parte de los mexicanos.

Entre los analistas hay críticas y reconocimientos al planteamiento de la  administración de Enrique Peña Nieto. En resumen, los analistas  reconocen la eliminación del Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) y del Impuesto a Depósitos en Efectivo (IDE). También destacan el  aumento de 30% a 32% en el Impuesto sobre la Renta (ISR) para  quienes tienen un salario mensual promedio de 41 mil 666 pesos.

Otro aspectos que los analistas aplauden son la eliminación de la  mitad de los regímenes especiales y de otros tantos tratamientos especiales como  el régimen de consolidación fiscal y la deducción inmediata de  inversión. Esto, dicen expertos como el director del diario El  Financiero, Enrique Quintana, “causará enojos, pero va a implicar un  tratamiento fiscal más parejo”.

Pretender gravar también las operaciones en la Bolsa de  Valores y que se planee un impuesto para los boletos de autobús  foráneo, se interpreta como medidas positivas. En el caso de la última -dice el  periodista Carlos Puig- se enfrenta al “todopoderoso” gremio de los  transportistas.

El aspecto que los analistas son más cautos al celebrar es la  creación de un sistema de seguridad social universal, pues observan  “reglas complicadas” en la presentación. “Llamarle universal es un exceso -dice  Puig- pero va por el camino correcto”.

El analista Carlos Elizondo Mayer-Serra considera que la reforma hacendaria y  su consecuente plan social sólo sería efectivo si disminuye la desigualdad.

“En los países donde hay reglas de asignación del gasto público progresivas y  una buena capacidad administrativa para ejercerlo, la desigualdad disminuye en  forma importante una vez que los impuestos se gastan en servicios públicos de  calidad. Por ejemplo, mientras que Polonia tiene una tasa de pobreza relativa de  27% para finales de la década de los 2000 antes de la política fiscal,  después de ésta baja a casi 12%”, dice el experto en su  artículo publicado en la revista Nexos.

“El gobierno de Enrique Peña Nieto tiene que conciliar el cumplir sus muchas  propuestas hechas a lo largo de la campaña con una reforma fiscal que pueda  recaudar los recursos necesarios para pagarlos. La campaña fue una serie de  propuestas bien documentada (…). Prácticamente todas son compromisos de  gasto. La más onerosa es la propuesta de introducir en México una  seguridad social universal cuyo costo se ha calculado en 5.69 puntos del PIB con  datos de 2008″, agrega el analista.

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