Después de 27 años de no verlo, la señora Teodora Ñaméndiz se reencontró con su hijo, Francisco Cordero Ñaméndiz, quien fue localizado por la Caravana de Madres de Migrantes desaparecidos en tránsito por México “Liberando la Esperanza.
“No puedo contener las lágrimas y la emoción de que otra vez estés a mi lado, siempre creí que estabas vivo”, dijo la Teodora Ñaméndiz al encontrarse de nueva cuenta con su hijo, quien abandonó su país, Nicaragua.
El migrante dijo que se había ido de su país después de haber peleado como soldado del gobierno contra los sandinistas, en el conflicto armado que dividió al país en dos.
El hombre comentó que le había perdido el contacto con su mamá por haber caído en el alcoholismo, y ya que en Nicaragua su familia se había mudado.
Ambos se reencontraron en el patio del albergue Guadalupano Decanal, ubicado en la cabecera de Tierra Blanca, ciudad que ha sido denominada la cuna de los secuestros en contra de indocumentados.
La madre y su hijo fueron recibidos por los encargados del albergue y los coordinadores del Movimiento Migrante Mesoamericano, que organiza este tipo de encuentros. Indicaron que hasta la fecha han sido encontrados seis migrantes durante la presente caravana de madres que recorren el país.
La señora Teodora Ñaméndiz expresó que sentía en su interior que su hijo seguía con vida, pese a las noticas catastróficas que llegaban a su país sobre el secuestro y maltrato a los indocumentados en su paso por el México para llegar a los Estados Unidos.
Llorando, la mujer de edad mayor le dio una especie de regaño a su hijo, quien entendió rápidamente el mensaje y se acometió a ofrecer disculpas.
Uno de los momentos más emotivos del encuentro fue cuando la señora Teodora se quitó del cuello la foto que portaba de Francisco en señal de no necesitarla porque había encontrado lo que buscaba desde que la esperanza la hizo participar en la caravana.
En las horas previas al reencuentro, Francisco fue atendido por paramédicos voluntarios para ayudarlo a sortear la impresión.
Junto a su madre, dijo que “por más que hice desde acá para encontrarlos, no podía. Tenía pensado ir a mi país, pero no lograba juntar el dinero para hacer el viaje de vuelta a Nicaragua”.
La caravana estuvo unas horas en Tierra Blanca, y de allí partió al municipio de Coatzacoalcos, otro de los lugares más complicados para su trayecto en los EU.