Militares dan paso libre al narco en Perú

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Avionetas transportan a Bolivia más de una tonelada de cocaína al día con apoyo de soldados peruanos, a quienes pagan diez mil dólares por vuelo

MAZAMARI.

Ocurre alrededor de cuatro veces por día, frente a los ojos de los militares: pequeñas avionetas aterrizan en pistas en la principal zona productora de cocaína del mundo, entregan bolsas de dinero, cargan más de 300 kilos de la droga y parten rumbo a Bolivia.

Alrededor de la mitad de las exportaciones de cocaína de Perú han salido del país hacia el este, a través de ese “puente aéreo”, según la policía, desde que esa nación andina pasó a ser la principal productora mundial de la droga en 2012.

Fiscales, policías antinarcóticos, exoficiales de las Fuerzas Armadas y agentes antidrogas de Estados Unidos activos y en retiro dicen que, si bien abunda la corrupción en Perú, la plaga de narcovuelos es posible por la
desidia de los militares, ya que controlan la remota región selvática del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, conocida como VRAEM.

Wilson Barrantes, general retirado del ejército que denuncia desde hace tiempo la corrupción de los militares generada por el narcotráfico, dijo que “darle a esas fuerzas el control del valle es como poner a cuatro perros callejeros a cuidar un plato de bisteces”.

El viceministro de Defensa Iván Vega, que dirige las operaciones de contrainsurgencia en la región, expresó que no tiene conocimiento de ningún oficial militar que sea investigado por ese caso.

La corrupción existe, pero nosotros estamos siempre pendientes”, expresó. “Si sabemos de alguien, pues le vamos a caer con todo”.

Una investigación de The Associated Press detalla cómo las “narcoavionetas” son cargadas con drogas en pistas, algunas a minutos por aire de bases militares, en el remoto valle, donde casi no hay caminos y del que salen unos dos tercios de la cocaína peruana.

Agentes de unidades antinarcóticos especiales de la policía captaron en video las escenas desde colinas cercanas, pero no pudieron intervenir porque no tenían suficiente apoyo, según dos agentes que suministraron las grabaciones a la agencia, pero declinaron ser citados por temor a perder su trabajo. La cocaína parte en avionetas Cessna 206, con cargamentos valuados en al menos 7.2 millones de dólares en el exterior.

Son operaciones que toman diez minutos, llevadas a cabo por lo general al amanecer y rigurosamente planificadas. Una docena de “mochileros” se presenta en la pista cuando se acerca la avioneta, mientras hombres armados con fusiles custodian el lugar y se baja el dinero, se carga la droga en la cabina, el motor vuelve a rugir y el avión parte otra vez.

Un piloto acusado de narcotráfico afirmó que los comandantes militares locales cobran diez mil dólares por vuelo para permitirles aterrizar y despegar sin que nadie los moleste.

La preocupación por los narcovuelos impulsó al Congreso a aprobar una ley en agosto que autoriza abrir fuego contra las avionetas. Pero hay quienes dicen que el gobierno no tiene voluntad política de combatir a los narcos porque desistió inexplicablemente de comprar e instalar radares modernos.

Cuando el presidente Ollanta Humala llegó al poder en 2011 dijo que la lucha contra el narcotráfico sería una de sus prioridades. Su gobierno ha destruido cantidades récord de hoja de coca, ha gastado en erradicación más de 60 millones de dólares y es apoyado por Estados Unidos y por la Unión Europea.

Presume control

En un discurso del día de la independencia, el 28 de julio, cuatro años después de haber asumido el cargo, este exteniente coronel aseguró que el narcotráfico en el valle había sido contenido.

Hoy puedo decirles que el narcotráfico ya no es un poder paralelo en el VRAEM”, sostuvo Humala.

Sus detractores, sin embargo, afirman que lo único que se hizo fue permitir que la mayor parte de la producción de cocaína se traslade al valle, donde no hay campañas de erradicación y la vigilancia de las autoridades es escasa.

Humala también destaca más de 550 misiones para generar enormes agujeros en pistas clandestinas como si fuera un triunfo, pero el director de la policía, general Vicente Romero, asegura que los traficantes llenan en pocos días los cráteres que dejan las voladuras.

La procuradora antidrogas Sonia Medina dijo en una entrevista que el narcotráfico va “de mal en peor” bajo el mandato de Humala al corromper a políticos, al sistema legal, la policía y los militares.

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