Mujer era encadenada por su esposo

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Juan Manuel Jiménez García.

Las Choapas Ver

Durante 15 años, Margarita Gordillo Díaz, vivió un infierno a lado de su esposo, ya que durante todo ese tiempo, solo recibió insultos, gritos y golpes hasta el grado de encadenarla para que no saliera de casa.

Fue la noche del martes, que se armó de valor y decidió dejar esa vida de sufrimiento, esta decisión fue tomada después que el pasado fin de semana, su pareja, intentó asesinarla en presencia de sus dos menores hijos de 5 y 7 años.

Refugiada en la casa de su madre en la colonia El Arbolito, Margarita, permite dar a conocer su caso, para que más mujeres no pasen la misma situación.

Sentada en una silla de plástico en color blanco, con la mirada caída y el semblante de tristeza en su rostro, contiene las lágrimas al contestar la pregunta del por qué soportó mucho tiempo esta pesadilla;

“Pensé que iba a cambiar, por mí y luego pensé que lo haría por nuestros hijos, pero las cosas fueron empeorando conforme pasaban los años, empezó con gritos, con reproches de qué hacía yo con el dinero que me daba, me prohibía salir de casa, hablar hasta con mi propia familia, y luego llegaron los golpes”.

Nuestra entrevistada hace una pausa para tomar aire y limpiar un par de lágrimas que escurren por sus mejillas, de vez en cuando voltea a ver su pequeño que se encuentra jugando con su primo, sus palabras salen entrecortadas para seguir narrando el infierno que vivió;

“Mi esposo toma mucho, y cuando llegaba a la casa borracho, era seguro que me iba a golpear, ya no recuerdo cuantas veces sucedió, recuerdo las veces que me dio miedo de perder la vida, como aquella ocasión que me dio de machetazos en la cabeza, estuve inconsciente por varios minutos y sentí que iba a morir, gracias a una niña que vivía cerca del rancho donde cuidamos, pude ser atendida”.

En su mirada se confunden el odio y la tristeza, con los ojos busca un punto de referencia para continuar, se frota las manos, la cabeza, es evidente que el llanto es reprimido, quizás porque ya no cuenta con lágrimas para derramar, sin embargo, se le ve la necesidad de ser escuchada y, tal vez, de ser abrazada;

“Con la llegada de los niños, pensé que sería diferente, pero las cosas fueron de mal en peor, porque delante de ellos, me golpeaba, me encadenaba a una cama de metal por días, mi hijo el mayor, era el que me llevaba comida y cuidaba de mí, cuando quede embarazada del más chico, no le importó que llevara en el vientre a su hijo el me seguía dando de golpes”.

Margarita nos muestra las cicatrices de 15 años de violencia, en sus brazos, piernas, cuello, cara y cabeza, se puede observar el dolor y la impotencia, pero el mayor daño está en su alma, en su esencia de mujer, en su confianza, en su fe.

Pero a pesar de todo esto, nos dice que luchará por sus hijos, que saldrá adelante para verlos crecer, que quiere una vida diferente para ellos.

Sobre su esposo, no quiere hablar, nos deja en claro que no siente nada por él, ni siquiera odio y solo pide que la deje en paz.

El esposo de Margarita se llama Roque Decelis Martínez, tiene 37 años de edad, y actualmente se desempeña como velador en la colonia Tepito.

El día de la entrevista, este sujeto, se llevó con engaño a su hijo mayor, conducía una motocicleta en estado de ebriedad, al salir a la calle Aviación estuvo a punto de provocar un accidente… su hijo venía con en la parte de atrás

Este mismo día, Margarita se presentó a la Fiscalía del Estado, para interponer su denuncia correspondiente, va con la ilusión y esperanza que se le haga justicia.

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