Por El Bicho Politicón
No sé usted pero yo me siento muy contento de amanecer en un país libre de corrupción por decreto presidencial, ya sabe, nadie da mordida, todos respetan la ley, nadie tira basura en la calle, todo mundo se saluda en la calle, nadie mata por tres pesos, todos los carteristas, huachicoleros y robacelulares desaparecieron y ahora son honrados empresarios de las telecomunicaciones… vaya, hasta mi compadre me pagó los 200 pesos que me debía desde hace 8 meses.
Y es que hay un fervor social pejemaniaco, ya ven que desde hoy, hoy hoy, la corrupción y vender huachicol es delito grave, pues en un milagro digno de San Peje, México ya cambió… ahora se nos conoce como la nueva Finlandia.
Los ciudadanos, henchidos de patriotismo, se han adelantado a la constitución moral y han puesto el interés máximo de la nación, incluso, la infidelidad es cosa del pasado, hombres y mujeres se han convertido en modelo a seguir por el mundo mundial…
Los titulares en los principales diarios en Júpiter no hacen otra cosa que hablar de cómo el ejemplo de un solo hombre (el Peje) ha permeado la mentalidad de un pueblo entero…
Inexplicablemente los mercados siguen nerviosos, han de padecer alguna extraña enfermedad y han sido puestos en cuarentena por órdenes del iluminado, ante lo cual, el mercado alterno (pirata) ha sufrido un alza nunca antes vista, parece que todo mundo tiene dinero para gastar gracias a la multiplicación de las becas y apoyos pejianos…
Incluso ya hay una propuesta de todos los partidos en el congreso de cambiar el nombre al país… piden que se llame Nueva República Pejiana.
¡Oh, no!, este Bicho tuvo una pesadilla extrañísima… triste realidad: México sigue entre los países más corruptos del mundo y ante eso no es suficiente ‘barrer las escaleras de arriba para abajo’, hace falta meter a los corruptos a la cárcel… no hay de otra.
Pues eso.
