Las Choapas, Ver.
Juan Manuel Jiménez García.
El vínculo emocional que existe entre un padre y su hija es único, para muchos sociólogos es la relación perfecta, donde ellas encuentran a sus príncipes azules y ellos a sus princesas.
Pero hay diversas circunstancias donde no pueden estar juntos, en algunos casos por muerte de algunas de las partes, otras porque el padre tiene que trabajar o la hija estudiar, pero sin lugar a dudas el caso más triste de esta relación es cuando existen conflictos judiciales.
Tal es el caso de Ricardo Benito de La Peña León, que a pesar que no existe impedimento legal no puede estar con su hija en estas fiestas de fin de año, esta es la historia.
Hace más de dos años Arely Velarde Sánchez y Ricardo Benito de La Peña enamorados, decidieron unir sus vidas para siempre mediante el acto del matrimonio, en una pequeña ceremonia decidieron cumplir con los sagrados mandamientos de este acto.
La vida parecía sonreírle a esta pareja, la gente que los veía pensaba que habían nacido el uno para el otro; ella trabajadora petrolera del departamento de recursos financieros del activo 5 presidentes, el trabajador de una importante compañía con contratos con la paraestatal PEMEX, vivían en una casa rentada en la colonia Benito Juárez del municipio de Agua Dulce.
Benito por su empleo viajaba constantemente, pero en el lugar que se encontraba cumplía con sus obligaciones de mandar dinero para su esposa, y ante la noticia que pronto seria papá redobló esfuerzos para que no le faltara nada a su bebé.
Con ilusión esperaron el arribo del nuevo integrante de la familia, hasta ahí todo marchaba bien, pero las cosas empezaron a cambiar cuando nació la hija de ambos, la relación se tornó fría y empezaron los problemas.
En una ocasión que descansaban en casa, sufrió una caída la pequeña donde ambos se echaron la culpa del cuidado de la menor, esto encadeno una serie de reproches que terminó en una discusión que estuvo a punto de pasar a los golpes.
A raíz de este pleito Arely aprovecho una ocasión en la que su esposo salió a trabajar para no dejarlo entrar a la casa, y cuando Benito quería ver a su hija, pedía el auxilio de la policía para que se retirara del lugar, las cosas fueron empeorando.
El trabajo se terminó en la zona por la cual tuvo que emigrar a la ciudad de México donde el salario era bajo, pero aun así seguía cumpliendo con mandar dinero para el cuidado de su hija, estando en la capital de la república, le llamaron para indicarle que el auto que había comprado seria recogido por falta de pagos.
Esto le pareció extraño porque siempre cumplió con las mensualidades que habían fijado con la agencia automotriz, investigando se logró saber que a pesar que se le depositaba el dinero de su esposa para este pago, ella nunca lo realizó, pero no solo fue esta omisión sino que tampoco pago renta de la casa, por la cual la dueña del inmueble lo demandó por falta de pagos.
La situación de Benito era preocupante porque el trabajo se terminó y se había quedado sin empleo, por la cual decidió pasar una temporada con su familia con la liquidación obtenido, pero para empeorar las cosas cuando llegó a casa lo esperaba una demanda ante la fiscalía que había interpuesta su esposa.
Fue llamado a conciliar con la condición de aportar la suma de 8 mil pesos mensuales para la manutención de la niña de lo contario no tenía permitido visitar a su hija.
SOSPECHA DE LA FISCAL.
Ante este escenario este padre sospecha que la fiscal Carolina Posada Cruz favoreció a su esposa en este fallo, lo considera discriminatorio y con faltas de pruebas para determinar este veredicto, pero la prueba contundente del contubernio de las autoridades con su cónyuge fue cuando acudieron a la fiscalía y el abrazó a su hija.
Esto molestó a su esposa que trató de llamar a la policía pero la fiscal salió corriendo y llama a la madre de la niña por su nombre diciendo las siguientes palabras, “Arely no llames a la policía porque se van a llevar a los dos”.
Otro detalle que este padre angustiado notó de las autoridades fue que el expediente de la denuncia interpuesta por él, desapareció de manera extraña en el juzgado a donde fue turnado es decir en el juzgado segundo de primera instancia.
Para Benito la intención de hacer público este problema, es más que nada una razón de sentimientos, vienen las fiestas de navidad y año nuevo, ya que considera que vive una relación estrecha con su hija y que esta distancia afecta el desarrollo emocional de la pequeña.
Solo pide poder llevar regalos a su hija como cualquier padre, darle abrazos de feliz navidad y desearle los mejores deseos parta el 2017.
