Rubén Ramírez Cárdenas pidió ver a su madre Sanjuana Cárdenas previo a ser ejecutado en Huntsville, Texas, por presuntamente haber asesinado a su prima.
Su madre lo ha acompañado durante su proceso desde 1997, asimismo confesó que le hubiera gustado comer hamburguesas de Whataburguer, que solía probar desde que llegó a Estados Unidos, así como mariscos y fresas de su natal Irapuato, no obstante, no tuvo derecho a la última cena, porque desde el 22 de septiembre de 2011 se eliminó ese privilegio en Texas para los reos condenados a muerte.
Ramírez Cárdenas desea que en su ejecución no esté presente ningún integrante de su familia.
Y a pocas horas de su ejecución, se encomendó a San Judas Tadeo y oró pidiendo que se le concediera la oportunidad de vivir y demostrar que es inocente; de recuperar su libertad, dijo que regresaría a México para visitar a la Virgen de San Juan de los Lagos.
