Por El Bicho Politicón
Se le ve casi con prisa por irse, incapaz de comunicarse asertivamente con la gente, su popularidad es la más baja con la que puede irse un presidente (18% de aceptación), Peña deja un país al borde de la ruina: endeudado, teñido de rojo, inseguro, con niveles de corrupción muy altos, invadido de migrantes…
Eso sí, con su futuro asegurado por los negocios hechos al amparo del poder… Peña Nieto es un tipo millonario, según su declaración patrimonial de 2015 (no encontré una más actual) su fortuna ronda los 50 millones de pesos, claro, aquí no están todos esos millones de transacciones obscuras.
Con un gasto en publicidad de 40 mil millones de pesos durante su sexenio (unos 20 millones diarios) y como la experiencia dicta que en este gobierno han sido unos maestros de la estafa, me imagino que su fortuna real es de unos miles de millones más que lo declarado a la secretaría de la función pública.
Le faltan 25 días, aunque parece que desde el 1º de julio cerró el changarro, y parece ser que está muy ocupado en ver cómo se libra de las órdenes de aprehensión que le van a llover una vez concluido su encargo presidencial, de hecho ya tiene sendos amparos para que el gobierno de Chihuahua no pueda enjuiciarlo.
Pues bien, es Peña en su laberinto, Ayotzinapa y la casa blanca lo atraparon y nunca supo cómo salir del embrollo, la delincuencia, que en sus primeros dos años iba a la baja, se le disparó y se desataron los demonios, el baño de sangre es de proporciones bélicas… es el sexenio más sangriento de la historia.
La gasolina, el dólar, los megaproyectos… todo se fue por la borda. Mover a México, decía su primera propaganda, tanto lo movió que se fue al despeñadero.
Acompañado por los ‘brillantes’ políticos del nuevo PRI, se dieron un festín con los dineros públicos. No hubo quien no le entrara a la robadera… y así les fue.
Se va y deja un infierno por apagar.
La verdad, qué bueno que ya termina este sexenio, aunque estoy seguro que los creadores de memes lo van a extrañar, es esperanzador ver que hay una luz al final del túnel.
Pues eso.
