“La loza estaba muy frágil y los soldados ordenaron retirarla, a pesar de que oíamos a los niños llorar…
Yo me quedé esperando y busque en meterme en un pequeño agujero, y los vi…
Los empece a arrastrar uno a uno, y cuando los soldados los vieron salir se los empezaron a llevar…
Por fin saque al último niño, en total eran 2 niños y 4 niñas yo les preguntaba su nombre bajo los escombros y supe como se llamaban cada uno de ellos, pero los soldados les llamaban femeninas y masculinos…
Cuando al final saque a Fátima, se me acabaron las fuerzas y no podía respirar de tanto polvo…
Mis amigos socorristas me sacaron y me acostaron en la banqueta…
Estuve al punto del desmayo, pero mi mente me decía —¡lo lograste Kike, lo lograste!”—

¿Has recibido algún reconocimiento del Gobierno, Kike?

“No ni me interesa…
¡Jamas nadie me podrá quitar de mi cabeza que le salve la vida a 6 niños cuando los soldados ordenaron retirada!”

¿Los soldados son cobardes?

“No, ellos solo reciben ordenes de mandos que no saben de batallas.”

Fue lo que comentó Enrique Lavalle (Kike) antes de incorporarse y volver a la zona de desastre.