Veracruz saqueado…y tronada la democracia

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Carlos Quiroz Sánchez es master en Economía. Académico en la Universidad Veracruzana, consejero en el Instituto Nacional Electoral, sueña con la democracia.

Pero, dice, los signos son nubarrones, borrascas, huracanes.

Por ejemplo:

La clase política que tenemos se resume así: cinismo, desvergüenza, corrupción, incapacidad para asumir lo bueno de lo malo.

Y el peor daño es terrible: la desigualdad social y económica, la pobreza, la miseria, el analfabetismo, el desempleo.

Y si entre otros sentidos, la democracia tiene como objetivo elevar la participación social en la vida cívica, y en la aplicación de la justicia y en el ejercicio de la libertad, entonces, estamos noqueados.

La esperanza, la utopía, el sueño de una vida mejor para todos descarrila.

Cierto, dice, se goza de la libertad garantizada en la Constitución.

Pero nunca podrá hablarse de democracia con tanta pobreza.

En Veracruz, por ejemplo, y según el CONEVAL, seis de cada diez habitantes en la jodidez. Medio millón de pobres aportados en el duartismo a la pobreza nacional. Los municipios de Veracruz, Xalapa y Banderilla, en los primeros tres lugares.

Y ahora cuando el OPLE ha publicado la convocatoria para iniciar el proceso electoral que llevará a renovar a los 212 Ayuntamientos en el mes de junio del 2017, el dato estadístico resulta escalofriante por sí solo:

El 5 de junio de este año, de un total de 5 millones de electores… sólo votó el 52 por ciento.

Es decir, unos 2 millones 700 mil ciudadanos.

Y, por tanto, con el gasto millonario en cuestiones electorales, el remedo de democracia sale demasiado caro.

Carlos Quiroz aporta una referencia:

En el OPLE se elevaron tanto la dieta que el presupuesto fue insuficiente.

Según las versiones, los consejeros ganan 150 mil pesos mensuales, por ejemplo.

Además, de camionetas nuevas, más asesores de lujo.

Y por eso mismo, reclaman ahora un pago de 180 millones de pesos a la secretaría de Finanzas y Planeación, bajo el argumento de que la elección municipal del año entrante está en riesgo.

En contraparte, un consejero presidente del INE percibe 40 mil pesos mensuales.

Y mientras en el OPLE tienen otras chambas, otros ingresos, en el INE es el único empleo.

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La vida democrática en Veracruz incluye otro riesgo.

En el OPLE los consejeros están ligados al poder político sexenal.

Un dato: el vocal presidente, Alejandro Bonilla, fue empleado de Javier Duarte, el prófugo de la justicia más famoso y denostado del país, acusado de lavado de dinero, delincuencia organizada, enriquecimiento ilícito, peculado e incumplimiento del deber por la Procuraduría General de la República, PGR.

En el OPLE los funcionarios están ligados al poder, mejor dicho, y por ahora, al PRI, sin ninguna biografía académica ni ciudadana.

Y en tales circunstancias, con un Veracruz quebrado, turbulento y revuelto, el desencanto social.

El ejercicio democrático, por los suelos.

Y sin expectativas de cara al futuro inmediato.

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El INE capacita a los funcionarios electorales de las casillas y supervisa el proceso cívico.

En cambio, el OPLE se lleva los aplausos… si aplausos hay.

En el OPLE “son consejeros de palo, pues la chamba pesada está a cargo del INE”.

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Nubarrones en la vida democrática de Veracruz:

Decepcionados de los partidos políticos, la mayoría de la población electoral se abstiene de votar en las urnas.

La credencial de elector solo sirve para los trámites oficiales y para cobrar la quincena depositada en el banco como simple credencial de identificación.

Sórdidas peleas por el poder político que lleva al poder económico y al poder social.

En cada cambio de poderes aterriza una nueva generación de políticos pensando en el saqueo y la rapiña.

Malos, pésimos candidatos, que en la mayor parte de las veces obedecen a los intereses de los grupos, las tribus, las hordas y las falanges.

En cada administración municipal y estatal, la fama pública de la corrupción.

El colmo: de cara a la elección municipal, los alcaldes en turno, los diputados locales y federales, los senadores, los caciques y los líderes partidistas en una atroz pelea interna por imponer a sus favoritos, entre ellos, y en el caso, a las esposas, a los hijos y a sus barbies en turno.

Insólito: hay quieres pretenden llevar a la alcaldía… a sus señoras madres.

Y en el ejercicio “democrático”, el voto del hambre tomando carta absoluta de impunidad.

La despensita alimenticia y escolar en un Veracruz donde según el CONEVAL un millón y medio de habitantes solo hacen dos comidas al día y en las regiones indígenas los niños quedan dormidos en el pupitre escolar doblados por las tripas gruñendo de hambre.

En medio de todo, la rebatinga ambiciosa y codiciosa, siniestra, por el poder, con sus aliados milenarios, el autoritarismo y la opacidad, sin transparencia ni rendición de cuentas en el manejo del gasto público.

Un político lo ha expresado en una frase bíblica:

“Dejé de ser alcalde y dejé de pobre”.

Layín, el famoso alcalde de San Blas, Nayarit, lo dijo así:

“Robé poquito… porque poquito había”.

Tal es la vida democrática de que alardean los políticos.

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