Por Nicolás Litvinoff | Estudinero
Una de las ventajas que tiene vivir en un país que posee una moneda fuerte es lo barato que sale viajar de compras por el mundo: así lo aprendimos los argentinos con la convertibilidad de los 90, cuando copamos los shoppings de Miami y crecía el “deme dos”.
En la actualidad, aquel peso fuerte fue mutando a esta moneda que todos tratan de sacarse rápidamente de encima. La alta inflación pasada, presente y futura hace que la velocidad de circulación del dinero crezca a niveles peligrosos, y los billetes de 100 pesos que antes eran tan difíciles de conseguir ahora representan más del 90% del circulante, lo que es un claro diagnóstico de la debilidad mencionada.
Ahora bien, dada esta situación en la que el peso deambula moribundo mientras se devalúa inexorablemente mes a mes, cualquier compatriota que haya viajado en el último año a Miami podrá confirmar que la “invasión” argentina ha vuelto y que el “deme dos” se hace escuchar nuevamente en los distintos centros comerciales como Dolphin, Miami International, Aventura, The Falls o el más exclusivo Bal Harbour.
Desde el 2008 en adelante, la inflación real no ha bajado del 20% anual. En el mismo lapso, lejos de mermar, la entrada de turistas argentinos a los Estados Unidos ha crecido un 78% (pasó de 318.144 en 2008 a 564.882 en 2012). Ni en los últimos años de la convertibilidad se habían alcanzado los valores actuales.
Si bien todavía no hay cifras oficiales para 2013, todo parece indicar que la tendencia se mantiene. Incluso se ha incrementado. En American Airlines, los únicos pasajes que quedaban con destino a Miami antes del inicio de la Semana Santa eran en business, a precios muy altos. Los de clase turista se agotaron.
¿Cómo se explica que pese a tener una de las monedas más débiles de la región, seamos uno de los países con mayor tasa de crecimiento en cuanto a turistas que ingresan a los EE.UU. en los últimos años? A continuación, algunas hipótesis.
Fácil acceso
EE.UU. es desde hace mucho tiempo uno de los países objetivo de aquellos inmigrantes que pretenden mejorar sus condiciones de vida en términos materiales. Entre ellos, los “latinos” siempre fueron uno de los más asiduos buscadores del “sueño americano”.
Lo que la embajada del país del Norte busca reducir al mínimo es la posibilidad de que los viajeros lleguen con la excusa de hacer turismo y terminen viviendo y trabajando como indocumentados, captando puestos de trabajo que consideran valiosos para sus propios ciudadanos.
Por esa razón es que antes de viajar, los ciudadanos argentinos deben cumplir una serie de requisitos que son más sencillos de lo que parecen (los que tengan doble ciudadanía europea tiene aún más facilitado el acceso).
En la embajada el trámite no demora más de 1 hora.
Luego de una serie de trámites se accede a una entrevista personal, muy rápida, en donde se hacen preguntas básicas de lo completado en el formulario DS-160 e intereses que el solicitante tenga en la Argentina que den más indicaciones de que trata solo de un viaje de turismo o negocios.
La visa se otorga de manera expeditiva y por el lapso de 10 años.
Ahorro en compras por diferencia de precios
Para un grupo familiar que vaya de compras, el ahorro de hacer las mismas en Miami pueden en muchos casos costear íntegro el valor del pasaje.
En lo que respecta a la ropa comprada en outlets, la operación puede resultar hasta un 70% más barata.
Los precios sin duda estimulan a los argentinos a viajar rumbo a la meca del consumo. Cabe destacar además que las trabas a las importaciones encarecieron los equipos tecnológicos y limitaron fuertemente su variedad.
Tour de compras, pasajes en pesos y en cuotas
Aún luego del 20% adicional impuesto por la AFIP, hace menos de un mes, la compra de pasajes y paquetes turísticos a Miami sigue siendo atractivo para los argentinos.
En algunos casos, se organizan tours de compra cuya logística está pensada para que el potencial comprador solo tenga que preocuparse en comparar precios y abrir la billetera.
Existen también ofertas estacionales de las aerolíneas que hacen que el costo del pasaje muchas veces sea similar al de volar a destinos cercanos en Latinoamérica, lo cual vuelve el “tour” de compras por Miami más atractivo aún..
