Las personas que se acompañan de un reproductor de melodías grabadas en cintas o cilindros de papel o metal, pero uniformados, con ropa similar a la de los petroleros, conocidos como organilleros, los cuales únicamente se observaban hace muchos años en esquinas de calles de México, o en películas, ahora lo hacen en diferentes estados y ciudades, en donde al escuchar la música algunas personas se detienen y posteriormente le dan unas monedas a su acompañante como sucedió en Nanchital donde hicieron sonar en la parte posterior del mercado Antonio J. Bermúdez, el instrumento musical.
Texto y Foto.- Artemio Hurtado Ruiz.