Líder de PRI-DF opera red de prostitución

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El noticiero MVS reveló hoy que en las oficinas centrales del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el Distrito Federal, se oculta una red de prostitución al servicio de su actual dirigente, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre.

MVS Noticias informó que logró infiltrar a una reportera en las instalaciones del PRI y encontró que las jóvenes que reclutan son de 18 y 32 años, quienes cada semana reciben su pago en efectivo, a cambio de moverse con discreción y, sobre todo, atender los deseos del jefe.

El dinero proviene de la Secretaría de Finanzas del PRI, a cargo de Roberto Zamorano Pineda, un incondicional del líder, que paga 11 mil pesos mensuales a las mujeres reclutadas que cumplen las fantasías sexuales de quien representa, en la capital del país, al partido del Presidente de México.

Para atrapar a las jóvenes en esta red, el equipo de Cuauhtémoc Gutiérrez publica anuncios en internet que textualmente ofrecen “trabajo en una oficina gubernamental”.
El PRI dejó de gobernar la ciudad de México en 1997, y regresó a Los Pinos en diciembre de 2012.

A continuación, el texto del anuncio publicado en El Universal:
“Solicito personal femenino,(que) labore en oficinas gubernamentales, (entre) 18-32 años, disponibilidad de horario. (sueldo entre) $8,000 (Y) $14000 mensuales. Citas (al): 6280-15-44, 55-2785-34-06. (con) Adriana Rodríguez”.

La reportera infiltrada, cuya voz fue distorsionada, marcó a los números que aparecen en el anuncio y Adriana, una de las reclutadoras, la citó en el PRI capitalino.
La primera entrevista se realizó en un viejo edificio pintado de rojo chillante que es el Instituto de Capacitación y Desarrollo Político A.C., del PRI.
Las chicas esperaban sentadas y sobre un escritorio se encontraba recargado un hombre viejo, quien pidió esperar a la coordinadora.

Las chicas no se conocen entre sí. Algunas de ellas llegaron porque una amiga les informó dónde podían conseguir trabajo. Aproximadamente unos quince minutos después Adriana, una de las reclutadas, les dice “por aquí”.

Adriana llevó a las candidatas a una oficina y en una libreta anotó los datos de las chicas, entre ellos, la talla y el peso. Al líder priísta no le gustan con sobrepeso.
Las que fueron elegidas esperaron a otra coordinadora quien las entrevistó por separado. Se trata de Priscila.

Aunque las reclutadoras nunca revelaron sus apellidos, en realidad se trata de Claudia Priscila Martínez González, quien está registrada en la nómina del PRI del Distrito Federal, con el puesto de Auxiliar Administrativo y su sueldo es de 11 mil 282 pesos mensuales.

Cuando alguna de las que 12 y 15 mujeres que están al servicio de Cuauhtémoc Gutiérrez falta o sube de peso, es despedida. La mayoría de ellas son madres solteras, estudiantes o mujeres divorciadas.

Las aspirantes a trabajar en esas “oficinas gubernamentales” aún desconocen que en realidad serán invitadas a prostituirse.

Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre es el heredero de un imperio forjado en la industria de la basura. Su padre, Rafael Gutiérrez Moreno, amasó una fortuna como cacique de los pepenadores.

Priscila maneja un cuadernillo con los datos de la candidata en turno, le describió las actividades del puesto:

Entrando en confianza la reclutadora suelta que, entre sus actividades, está el tener sexo con Gutiérrez de la Torre.

Sin saber que está en frente de una reportera, Priscila le advierte que ese mismo día puede tener un encuentro sexual con el líder priísta.

Además afirma que a Cuauhtémoc no le gustan las niñas “del otro bando” y le aconseja a las chicas ser atentas. “Al líder priísta, hay que seducirlo”.
Si aceptan sumarse a esta red de prostitución, las jóvenes causan alta en la nómina del PRI como secretarias o recepcionistas.

Quien acepta, firma el cuardernillo de Priscila. La última etapa, consiste en que Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre de el visto bueno.Acompañadas por Priscila y Adriana, las chicas salen del ICADEP y cruzan la avenida para ser llevadas a las oficinas del Comité Directivo del PRI en el Distrito Federal, ubicado en Puente de Alvarado No. 53, en la colonia Buenavista.

Se trata de un edificio de dos plantas, con 12 ventanales por piso y fachada del mismo rojo chillante. En la recepción hay dos mujeres vestidas con ropa negra ajustada, tacones altos y saco con el emblema del PRI bordado del lado derecho. Ellas también fueron reclutadas de la misma manera.

Las oficinas de la Presidencia están en el primer piso. El “harén” del líder priísta se oculta detrás de un par de cuartos siempre cerrados.

Las novatas llegan hasta ahí. Adriana entra; les instruye “ponerse guapas”. El jefe está por terminar una reunión y recibirá a las nuevas, una por una. Mientras tanto, las “niñas”, como suelen llamarles, son presentadas con Sandra, el principal enlace con Gutiérrez de la Torre. Ella despacha en una oficina ubicada estratégicamente entre la del priista y los cuartos.

Sandra señala quién es la elegida para tener relaciones sexuales con el Jefe. Ella recibe a las candidatas en su oficina, les pregunta si pueden empezar ese mismo día a trabajar, las observa detenidamente.

Las chicas que ya forman parte de la red pasan ocultas la mayor parte del día. No pueden salir de esa área a menos de que lleven mallón o pantalón negro.

Si están de guardia, les dan un timbre inalámbrico que deben tener en la mano. Cuando suena, hay que correr a la oficina de Cuauhtémoc Gutiérrez y preguntarle qué desea. Esa es la instrucción.

Desfilan para entrevistarse con el hijo del rey de la basura, entre ellas la reportera infiltrada. Llevan ropa ligera, la mayoría con escote y vestidos muy cortos, tacones altos, bien maquilladas, sin bolso ni celular.

Cuando entran, el Jefe está sentado detrás de su escritorio. Es un hombre obeso, de ancha espalda y de cabeza pequeña. Un par de Topo Gigos de peluche adornan la entrada al lugar. No se mueve, su baja estatura no se nota.
Saluda con indiferencia pero desnuda con la mirada. En segundos, hace sentir que el primer contacto sexual puede ser ese mismo día.

Pregunta:“¿Cómo te llamas? ¿Dónde vives? ¿Cuántos años tienes? ¿Tienes hijos?”
“Gracias mija, pasa con Sandra”, se despide.

Afuera, la reportera observa cómo una chica de nuevo ingreso es llamada por la coordinadora. Pasa con el Jefe. Se demora 12 minutos. Cuando regresa tiene los labios despintados. La joven se deja caer como un bulto sobre el sillón. Está pálida y se lleva las manos a la cabeza con desagrado. Pasó la prueba. Ingreso a la red de prostitución.

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