El delantero argentino llega a 80 goles en un año y está a cinco del jugador alemán, que tiene 85, tras su triunfo de 3-0 sobre el Spartak.
MOSCÚ, 21 de noviembre.- El Barcelona selló su pase a los octavos de final de la Champions League tras derrotar al Spartak Moscú, con un doblete del argentino Lionel Messi.
Más allá del resultado, que hace olvidar la inesperada derrota ante el Celtic, La Pulga agrandó su leyenda al recortar distancia del récord de goles en un año que ostenta, desde 1972, el alemán Gerd Müller con 85 tantos. Messi suma 80 y le restan nueve partidos oficiales en 2012 para igualar la cifra del futbolista teutón.
La resistencia del Spartak, que basó su juego en la agilidad del español José Manuel Jurado y cometió la osadía de salir de inicio con dos delanteros, duró unos cuantos minutos.
El estratega blaugrana, Tito Vilanova, alineó por vez primera en la Champions a sus tres referentes del medio campo: Xavi, Iniesta y Cesc, acompañados por el reaparecido Busquets, que regresó tras su sanción.
Carles Puyol se quedó en el banquillo, al igual que Villa, en un partido que se disputó en un césped artificial y con una temperatura que rondó los cero grados.
Pedro, al minuto 12, tuvo la primera ocasión de peligro tras recibir en el área grande un pase medido de Xavi, pero su disparo fue despejado ágilmente por el guardameta Dykan. Al 15’, apareció Messi, hasta entonces controlado por la defensa local, y se internó entre la defensiva del Spartak, aunque el balón salió rechazado y parecía diluir el peligro.
No obstante, Dani Alves, atento al rebote, empalmó desde fuera del área el esférico y quebró la igualdad en el marcador. El Spartak no se rindió, siguió atacando y fue así que el defensa checo Suhi, quien acompañó una jugada de ataque, desaprovechó la ocasión más clara de su equipo para volver a la pelea.
Luego, en un contraataque conducido por Iniesta, cuyo disparo fue despejado por Dykan, Messi aprovechó el rechace y marcó su segundo tanto.
La Pulga metía entonces sus primeros goles en Rusia y alcanzaba a Ruud Van Nistelrooy, segundo máximo goleador de la historia de la Champions, con 56 dianas en 73 partidos.
El delantero argentino también igualó el récord de Vivian Woodward, quien fue el único capaz de marcar 25 goles en partidos internacionales en un año, récord que ostentaba durante los últimos 103 años.
Con el partido resuelto, y pese a los intentos del Spartak, que agotó sus recursos, el Barça se dedicó a circular el balón y aseguró su clasificación.
Al final, Tito Vilanova descartó que su equipo dependa de un solo jugador: “Messi no juega para hacer récords, sino para ayudar a que el equipo gane”.
Chelsea, cerca del abismo
La Juventus venció ayer al Chelsea por 3-0 en encuentro del Grupo E de la Champions, celebrado en Turín, y deja al equipo londinense, vigente campeón de Europa, al borde la eliminación.
A la Juventus, en su regreso al primer plano de la escena futbolística europea, le sirve con un empate dentro de 15 días en casa del Shakhtar Donestk, ya clasificado, para lograr el billete para la siguiente fase y dejar eliminado al Chelsea, gracias a sus mejores resultados en confrontaciones directas (2-2 en Londres).
Por lo tanto, el Chelsea, vigente campeón de Europa, no depende de sí mismo para clasificarse para los octavos de final de la competencia.
Los italianos abrieron el marcador en una jugada en la que Andrea Pirlo le robó el balón al brasileño Oscar y disparó hacia la portería del checo Petr Cech, y la pelota fue hábilmente desviada por Fabio Quagliarella para lograr el 1-0 (al minuto 38).
El chileno Arturo Vidal logró ampliar diferencias en la segunda parte con un potente disparo (61’) que desvió el brasileño Ramires y sentenció, en el tiempo de descuento, con un gol del joven Sebastian Giovinco (91’), que había entrado en el campo en el tramo final del encuentro.
Después de cuatro partidos sin victoria en la Premier, el técnico italiano Roberto di Matteo, que llevó al Chelsea a ganar la Champions el pasado mes de mayo, puede jugarse su futuro como técnico el próximo domingo ante el City, ya que un nuevo fracaso, en este caso en la Premier, sería muy difícil de justificar.