Mochilas pesadas y regreso a clases

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Por José Noé Castillo Olvera en la opinión.

Con el retorno de los alumnos de educación básica a las escuelas, creo importante hacer una serie de observaciones respecto del uso de las mochilas escolares.

De vez en cuando se presentan distintas voces que cuestionan el excesivo peso de las mochilas que los escolares llevan habitualmente a los planteles educativos.

La población infantil que cursa la educación primaria puede sufrir de serias deformaciones en los huesos por cargar las voluminosas mochilas que sobrepasan, algunas, los 12 kilos.

Deben tomarse las medidas preventivas para evitar un problema de salud por medio de intensas campañas informativas. Normalmente, al peso de los libros y cuadernos se suma el de la botella de agua, el lonche, la chamarra o suéter del terror, y de pilón un juguete o una golosina.

El tiempo promedio en que los niños cargan la pesada bolsa supera la hora que incluye ir y venir a la escuela pero que luego se suma, a veces, el tiempo de la formación en la cancha cívica.

Por otra parte, hay casos de niños, de escuelas públicas, sobre todo, que recorren largas distancias.

Pocas son las escuelas que ofrecen armarios o lóckers a los alumnos para que guarden ahí sus útiles y así, se ven orillados a llevar y traer consigo cotidianamente los materiales escolares.

Las bolsas pesadas pueden ocasionar lesiones en la columna vertebral o defectos en la postura que de por vida pueden ser perjudiciales. La mala postura puede provocar delicados problemas en la espalda que tal vez sea hasta cuando llega la vida adulta cuando se detecten.

De acuerdo con estudios en la materia el sobrepeso puede ocasionar dolores de espalda, contracturas y fatiga muscular.

Al decir de personas que han estudiado el asunto, la mejor mochila es la que tiene dos ruedas; sin embargo, este tipo de mochilas están prohibidas en algunas escuelas porque ocupan más espacio. Le sigue luego la de dos tirantes que deben ser acojinados para que no lastimen. Se sugiere que la parte inferior de la mochila no quede más debajo de la cintura porque si está muy caída produce un efecto palanca sobre los hombros, además el contenido debe de quedar en forma equilibrada: lo más pesado cerca de la espalda.

Por último, las mochilas deben ser llevadas en los dos hombros, no en un hombro ni en una mano. Las escuelas podrían establecer horarios que distribuyan las clases de manera idónea. Se sugiere que haya casilleros para que ahí dejen los libros o cuadernos que no ocupen en la casa. Las mochilas deben levantarse del piso doblando las rodillas, no doblando la cintura. A los padres se les pide que revisen diariamente que sus hijos lleven sólo lo necesario a la escuela.

De cualquier manera, la mejor opinión la tienes tú, amable lector, máxime si tienes hijos en edad escolar.

Sobre el autor:

Perfil Académico:

•          Profesor de Educación Primaria, egresado de la Escuela Normal Rural “Lauro Aguirre” de Tamaulipas.

•          Licenciado en Educación Media, especializado en Ciencias Sociales por la Escuela Normal Superior de Tamaulipas.

•          Licenciado en Derecho por la Universidad Veracruzana.

•          Maestro en Educación por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superior de Monterrey.