Vive a seis horas de la Ciudad, en la comunidad más cercana no había doctores para que la atendieran; el producto falleció lamentablemente.
Las Choapas, Ver.
Juan Manuel Jiménez García.
Una noche antes Leticia Hernández Cruz y Burman Cruz Morales, ella ama de casa y el dedicado a las labores del campo, platicaban ilusionados por la llegada de su segunda hija y entre risas y bromas le buscaban un nombre para la nena, por cuestiones económicas y por la lejanía de la comunidad a donde pertenecen Leticia no había podido llevar un control de embarazo y solo había acudido con una señora (partera) para que la tallara de vez en cuando.
Exactamente no sabía cuándo iba a nacer su hija, solo tenía entendido que sería en este mes de Abril o principios de mayo, y por la experiencia de su primera hija donde todo salió bien ninguno de los dos mostraba preocupación y con esa confianza se fueron a dormir sin imaginar la tragedia que les esperaba al día siguiente.
Eran las 4:30 de la madrugada cuando empezaron los primeros dolores, para esa hora Burman ya se encontraba despierto y se estaba preparando para su jornada de todos los días en el campo; le preguntó a su esposa si aguantaba mientras regresaba de trabajar pero ella contestó que los dolores eran muy fuertes y que ya iba a nacer la niña.
Tratando de guardar la calma prepararon todo para ir a la clínica más cercana que se encuentra en un lugar llamado Pueblo Viejo, pero como el único autobús que sale de su comunidad que es el Ejido Revolución sale todos los lunes a las 6 de la mañana, tuvieron que esperar todavía un par de horas.
Para entonces los dolores arreciaban y lo único que los confortaban es que ya iban a bordo del autobús en marcha, después de 3 horas de camino llegaron a la clínica más cercana pero para su mala suerte estaba cerrada porque no hay doctores de guardia los fines de semanas y que los galenos acostumbran a llegar hasta el lunes en la tarde.
Decidieron que lo más seguro era llegar hasta la cabecera municipal para que recibiera la atención médica, no importaba que todavía quedaran 3 horas más de camino, en el mismo autobús de la línea Uxpanapa siguieron con su viaje, rezando y con la esperanza de encontrar ayuda.
Para estos momentos los dolores eran insoportables y los gritos de Leticia eran más fuertes, los 33 pasajeros que venían en el trasporte azuzaban al conductor para que manejara más rápido o al menos llegara a la autopista donde habría más posibilidades de encontrar un trasporte más rápido.
Eran las 11:00 horas cuando por fin llegaron al entronque de la autopista y el camino rural conocido como el aserradero, para ese entonces en el interior del autobús era un caos, la fuente se había roto y el esposo de Leticia y su cuñada trataban de realizar las labores de parto, algunos pasajeros habían descendido y pedían ayuda a todos los automovilistas que pasaban.
Después de varios intentos una señora de una camioneta blanca se ofrece a trasporta a toda la familia a este municipio, la situación física de la embarazada era preocupante y por un momento se desvaneció pero su esposo la reanimó dando unas palmadas en la mejilla.
Cuando estaban tomando la carretera Las Choapas-Cerro de Nanchital a la altura de la colonia el Rabón, Leticia pegó un grito y el producto que traía en su vientre fue expulsado, la camioneta blanca por un momento detuvo su marcha esperando escuchar el llanto del bebe.
Después de unos minutos de silencio el esposo de Leticia tomo entre sus brazos a su hija esperando escuchar algún sonido o ver algún movimiento pero lamentablemente esto no sucedió y pensaron lo peor, de inmediato pidieron a la conductora llevarla al Hospital Dr. Pedro Coronel para la atención de la madre y de la niña.
Leticia Hernández Cruz de 26 años de edad, originaria del Ejido Revolución, indígena Zoque que no habla español, después de 6 horas de trabajo de parto recibía atención médica, ingresaba a este nosocomio alrededor de las 11:55 horas de ayer lunes.
Después que ambos recibirían atención medica la niña fue declarada muerta por asfixia y la madre fuera de peligro, en unos minutos arribaron las autoridades ministeriales para el levantamiento del cuerpo de la bebe y las declaraciones tanto del padre como de la madre.
60 Minutos entrevistó a Mariana Cruz Morales, hermana del padre de la niña fallecida, quien consternada declaró que su cuñada sufrió mucho cuando venían camino a la cabecera municipal, ya que tenía dolores desde la 6 de la mañana y que en ninguna clínica fue atendida por que no habían médicos.
Por su parte Burman Cruz Morales de 24 años de edad, campesino indígena zoque pero a comparación de su esposa el domina las dos lenguas, todavía con su playera blanca manchada de sangre declaraba ante las autoridades el martirio que sufrió su esposa para recibir los primeros auxilios.
Con miedo y lágrimas en los ojos porque pensaba que sería detenido por las autoridades ministeriales, pidió que dejaran quedarse con su esposa un rato más mientras estaba mejor, en el momento que el cuerpo sin vida de su hija era subida a una camioneta de una funeraria soltó en llanto y se fue a consolar en los brazos de su hermana.
El Ejido Revolución queda a 6 horas de camino de la cabecera municipal, la conforman alrededor de 250 personas, solo hay un jardín de niños, una primaria y desde luego que no cuentan con una clínica médica, el camino es sinuoso y en tiempo de lluvia es imposible transitar, la mayoría de los habitantes se dedican al campo donde siembran maíz y frijol.
Lugar donde no cuentan con señal para celulares, por tal motivo la familia de Leticia no sabía nada todavía, y seria hasta este martes cuando viajarían de regreso a su comunidad ya que por la lejanía solo existe una corrida al día.
Leticia Hernández Cruz y Burman Cruz Morales llevan 6 años de matrimonio y han procreado una niña que en la actualidad cuenta con 6 años de edad, habían decidido después que naciera su otra hija para operarse cualquiera de los dos pero después de esta tragedia lo pensaran más tiempo.
