Aleja, de 26 años, era una cantante colombiana que anhelaba el estrellato. Murió al precipitarse de un balcón luego de trastabillar debido a que estaba ebria
Filiberto Cruz Monroy
07/03/2013 11:36
CIUDAD DE MÉXICO, 7 de marzo.- ¿Te gusta lo que ves?, le preguntó Aleja a Jorge Julio Jiménez. Una tanga azul era la única prenda que llevaba puesta. Ella se había desvestido en el departamento del hombre e intentaba bailar seductoramente para él, pero cuando éste se le aproximaba la cantante colombiana, de 26 años, se precipitó por el balcón de un edificio.
Diana Alejandra Pulido Duque, Aleja, no gritó. Sólo cuatro segundos duró la caída desde el séptimo piso. Murió al instante. Embotado por el alcohol Jorge Julio no supo qué hacer, simplemente abordó su vehículo y desapareció.
Aleja llegó a la Ciudad de México procedente de Colombia con una meta muy clara: convertirse en una estrella de la música. Desde que arribó al DF comenzó a buscar quién le produjera un disco. La joven viajó con el consentimiento de su familia.
Se hospedó en casa de su tía Esperanza Duque Gallo, en la colonia Lomas de Sotelo. Su tía la contactó con el promotor Ramón Viveros Montoya, quien se desempeña como contador de la empresa JWK Bussines SC. Él la presentó con un productor y juntos comenzaron la elaboración de un disco.
Mientras tanto, Aleja se ejercitaba en el gimnasio y grababa un total de nueve canciones. Tenía un entrenador privado, con quien salía. Durante la investigación realizada por la Fiscalía de Homicidios de la Procuraduría del DF se corroboró que Aleja sólo tenía amistades “superficiales”.
El tiempo corría y el sueño de convertirse en una estrella musical aún se antojaba lejano. Días antes de morir se había molestado con el promotor artístico y el productor de su disco debido a que el proyecto iba muy lento.
“Las declaraciones de esas dos personas advierten que el proyecto musical estaba resultando demasiado caro por lo que decidieron rescindir el contrato y Aleja siguiera con la producción y promoción de su material en otro lugar”, explicó el fiscal de Homicidios, Marco Enrique Reyes Peña.
Ramón Viveros la presentó con otra empresa y comenzaron las pláticas. Sin embargo, la tragedia rondaba a la cantante. U n joven modelo y entrenador físico contó que Aleja debió practicarse un aborto el 1 de julio, tres días antes de su muerte. Él y una joven eran sus amistades más cercanas, aunque llevaban de conocerla un par de meses.
Para esclarecer esta muerte, autoridades exploraron muchas líneas de investigación. Hasta una posible relación de Aleja con una banda de asaltantes colombianos.
Aleja conoció a Jorge Julio Jiménez el 4 de julio. Fueron presentados por Ramón Viveros quien dijo a Aleja que el hombre era dueño de una empresa y que la podía ayudar económicamente para concluir su disco.
Ese día varias personas, entre ellos Aleja y Jorge Julio se sentaron en la mesa 40 del restaurante Mi Gusto Es, en Polanco. Celebraban el cumpleaños de José Alejandro Castro Hernández, El Warner. Entraron a la hora de la comida y salieron pasadas las 20:00 horas en estado de ebriedad. De ahí, al bar Nu, en la colonia Condesa.
Aleja y Jorge Julio terminaron la juerga en el departamento de éste, ubicado en la colonia Anáhuac. La noche de pasión no pudo consumarse porque Aleja resbaló por la ventana.
La cantante cayó del séptimo piso del edificio Higuera Sánchez 2, departamento B-703, complejo habitacional Parques Polanco, en Lago Alberto 320, delegación Miguel Hidalgo. Su cuerpo se estampó en las sombrillas instaladas en el área de fast food del lugar.
Investigación y periciales
El 5 de julio comenzaron las investigaciones por la muerte de Aleja. El cuerpo de la mujer fue llevado al Instituto de Ciencias Forenses, donde se le practicó la necropsia. Ella murió por el conjunto de traumatismos, 15 en total, entre fracturas y golpes.
La mujer presentaba 415 miligramos de alcohol en sangre por cada 100 mililitros, una cantidad considerada muy alta. Ella trastabilló y se precipitó al vacío. No hubo violación, aunque se encontraron huellas genéticas del hombre en brazos, pero no de pelea.
Peritos de la PGJDF encontraron ocho huellas dactilares útiles en el departamento, todas de Jorge Julio y Aleja. En la vivienda estaba el ron que ingerían.
“No había desorden, no encontramos sangre, en el raspado de uñas no hallamos forcejeo”, explicó Marco Reyes.
Personal de seguridad de los departamentos corroboraron que Jorge Julio salió en su camioneta Jeep entre las 00:15 y las 00:25. Iba solo y se desconoce dónde se escondió. Autoridades lo buscaron en domicilios de Lomas de Tarango, estado de Morelos, y donde trabajaba.
La mujer que hacía la limpieza en el departamento de Jorge Julio tenía ocho meses de trabajar para él y declaró que él no tenía novia, pero sí llevaba a distintas mujeres a su casa, aunque ella nunca vio a Aleja. Peritos realizaron pruebas con un maniquí especial y concluyeron que la mujer resbaló y corroboraron la trayectoria que siguió el cuerpo.
Tres meses después de los hechos, y con un amparo bajo el brazo, Jorge Julio apareció y declaró ante el M P. Aseguró que conoció a Aleja el mismo día de su muerte. No recordó algunas cosas debido a que estaba muy ebrio, dijo y señaló que no mató a la cantante. Escapó porque tenía miedo. Autoridades no lograron vincularlo con la muerte.
Una vecina identificada como Pilar Gutiérrez declaró que escuchó una pelea. Las autoridades encontraron a la mujer, pero negó su versión.
“Tenemos testimonios de todos los vecinos, y ninguno refiere que haya escuchado gritos. En la averiguación previa se estableció que un policía de la SSP-DF mencionó que una vecina le dijo que había escuchado gritos. Localizamos al agente, a la vecina y ella dijo no, yo jamás dije y además no escuché nada, y si hubiera escuchado lo hubiera dicho”, detalló el fiscal de Homicidios.
La familia de Aleja no cree en las conclusiones de las autoridades mexicanas. Su madre Estela asegura que no se investigó adecuadamente, debido a que su hija era una colombiana más. Advierte que la desaparición de Jorge Julio Jiménez es una aceptación tácita de su participación en los hechos