Escrito por Tomado de Diario La Razón
Recostada en cartones y trapos sucios, Guadalupe Esquivel supo que daría a luz.
Recostada en cartones y trapos sucios, Guadalupe Esquivel supo que daría a luz. La fuente se le había roto y los dolores en el vientre eran cada vez más fuertes. Era la una de la mañana del pasado lunes 24 de diciembre. La mujer comenzó a gritar, lo que alertó a sus amigos, unos 15 indigentes con quienes comparte desde hace cinco años la calle. Estaban frente al número 45-A de la calle Morelos, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Algunos de sus compañeros corrieron en busca de ayuda, otros como pudieron la asistieron. Le pusieron una cobija raída y mal oliente encima y comenzaron las labores de parto.
“Nos agarró de las manos y pujaba y pujaba, pero el bebé no salía. Ella comenzó a sudar y nosotros a desesperarnos, pero aun así le echábamos ánimos”, contó Juan, uno de los indigentes que la asistió.
Los gritos de la mujer se confundían con aquellos de sus amigos que le decían “¡sí se puede!”, y de pronto la emoción vino. “¡Ya viene! ¡Ya viene! ¡Puja, puja!”. La cabeza del bebé se asomó y segundos después salió por completo.
“Fue mucha emoción, hemos tenido aquí partos, pero este fue especial, porque ayudamos a que naciera la bebé”, dijo otro indigente visiblemente afectado por la inhalación de solventes.
Él y otros indigentes recuerdan a Guadalupe, de 42 años, como una buena compañera. No saben o no quieren compartir los motivos por los que llegó a la calle, pero sí dicen que convive con ellos desde hace unos cinco años. Ella como todos sus compañeros son adictos.
“Aquí hemos vivido de todo”, dicen entre risas y aseguran que la bebé estará bien en la calle. “Aquí han nacido varios chavitos y están chido”, agregan. Sobre el padre no saben decir “eso si pregúntaselo a ella ¿no?”.
Para cuando la bebé ya estaba naciendo llegaron al lugar policías preventivos de la Unidad de Protección Ciudadana Centro, quienes al ver la escena de parto de inmediato solicitaron la presencia de paramédicos del ERUM.
“Nos dimos cuenta que había gente en torno a una persona, pensamos que se trataba de una riña, nos acercamos y vimos que era una mujer que estaba dando a luz, cuando nos acercamos ya mujer ya tenía a la bebé en sus manos”, recordó uno de los patrulleros.
Al lugar acudieron los tripulantes de la ambulancia A-8019, quienes terminaron de asistir a la mujer y a su hija.
Ambas fueron trasladadas al hospital Gregorio Salas, dependiente del Gobierno del Distrito Federal.
Los médicos que atendieron a la madre y a la bebé dijeron que ambas están en condiciones estables de salud.
La menor estará bajo observación para evitar alguna complicación y la madre será dada de alta en las próximas horas