Córdoba, Ver.- Una vez más la violencia azota a la sociedad con la aparición de los cuerpos desmembrados de uno de los estudiantes que fueran levantados hace una semana, para el obispo de Córdoba, Eduardo Patiño Leal, el feligrés no debe de acostumbrarse a estos escenarios de horror.
“Éste es un crimen que clama justicia”, dijo, pues se horrorizó de la manera en que se están dando estos hechos, hace unos días levantaron a estos jóvenes y ahora aparecen tirados, todos los crímenes son lamentables, peor aún si se trata de jóvenes.
Recordó que en la misa dominical, una de las peticiones es a que las familias de estos estudiantes encuentren consuelo de los jóvenes que ya fueron identificados, pues queda claro que la familia ha pasado por una lamentable etapa y viene esta fase de duelo, “pedimos a dios que los ayude a encontrar una luz en el camino”.
Asimismo, el jerarca católico exhortó a las autoridades a que se manejen con transparencia, esto después de que la mayoría de estos crímenes se les ha relacionado a los jóvenes con la delincuencia organizada y éste no ha dejado de ser la excepción.
Pidió que se haga una investigación a fondo en este caso, y que se dé a conocer cómo se dieron los hechos para que los padres de familia encuentren respuestas y que sepan cómo se dieron los hechos desde que los estudiantes fueron levantados, sólo con la verdad podrán encontrar un alivio a su dolor.
Al reprobar la ola de violencia que padece el estado y ante las expectativas de algunos sectores de que la situación podría empeorar para el cierre de año debido a la transición de gobierno, el obispo clamó por que se detenga sin querer especular sobre lo que puede darse en los próximos meses.
“Este debería ser el último crimen, el último feminicidio y asesinato de jóvenes; las autoridades deben buscar el modo de asegurar que estas cosas no sucedan ni queden impunes”, afirmó.
Durante la rueda de prensa, Patiño Leal agregó que en la última semana visitó por tres días la sierra de Tezonapa, la congregación de Motzorongo, en donde percibió un ambiente de familias con mucha fortaleza, alegría de los niños y también mucha vida en los ancianos que participaron en bailes típicos pese a tener una edad avanzada, “es bonito el ambiente que todavía se respira en las poblaciones de Veracruz”.
Sin embargo, en este sentido añadió, que las mismas familias le comentaron que cuando sus hijos crecen deben buscar opciones escolares, no siempre se tiene en ese sitio escuelas, algunos se van a otros lugares, prefieren emigrar, y se ve esa falta de empleos cercanos, de apoyo al campo, carreteras en buen estado, eso hace que la gente se vaya, pero muchas veces los que se quedan encuentran salida fácil en actividades ilícitas, y así los jóvenes se mezclan con la delincuencia.
“Tienen necesidades muy básicas, el joven encuentra escapatoria consiguiendo dinero fácil, los engañan, los seducen, pero las ofertas van asociadas a violencia e impunidad. Ojalá rescatáramos esa belleza de las familias veracruzanas, todavía tiene cimientos y raíces hondas que pueden volver a resurgir”.
