Por El Bicho Politicón
Ayer le conté la historia sobre los juicios lanzados por Ruiz Sacristán, el secretario de comunicaciones y transportes, culpando a la lluvia y a la basura del socavón en el Paso Express de Cuernavaca. Hoy analizaremos las declaraciones del jefe de ese funcionario que la patria no se merece, es decir, del presidente Peña Nieto.
El presidente de México dice que no está “en posición de hacer juicios anticipados”, oiga usted, ¡qué bien! Una declaración sensata y agrega “Creo que es importante que se realicen los peritajes, la debida investigación y sea hasta entonces cuando se puedan deslindar que responsabilidades sean funcionarios, sea la empresa o cualquiera que sea la causa que haya provocado este socavón”, dijo el presidente Peña Nieto.
Pues le informo que en el mes de febrero de 2017 la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó que pagos irregulares, trabajos de mala calidad y retrasos en la obra del Paso Exprés, a menos que el presidente quiera una investigación a modo, ahí tiene elementos para calificar a su empleado.
No estoy yo para guardar la información de que dispongo señor presidente, ahí le van otras linduras que encontró la ASF en esa obra:
En la construcción de la vialidad se registraron retrasos, pagos no justificados y modificaciones en la obra, sin la autorización requerida.
La auditoría señalaba que podían recuperarse 270 millones de pesos del gasto erogado ese año, por las irregularidades detectadas, y quedaba pendiente aclarar un gasto de 31.8 millones.
Además el costo del Paso Exprés terminó duplicándose. Originalmente la obra a cargo de las empresas Aldesem y Epccor costaría 1,045 millones de pesos (IVA incluido), pero terminó elevándose a 2 mil 213 millones de pesos, informó la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en un comunicado tras su inauguración.
La ASF también detectó el pago de más de medio millón de pesos por servicios que no se realizaron o que se inflaron, pues la SCT no verificó que “existían diferencias entre los volúmenes pagados y los ejecutados”.
Además de que eran “trabajos de mala calidad, se pagaron trabajos anticipadamente, y faltó la autorización de los proyectos para su ejecución”.
Cuando presentó la obra, el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, dijo que “por las especificaciones de la construcción y los materiales usados en ella”, podía garantizarse una durabilidad de más de 40 años, bueno, todos sabemos que falló a los 3 meses y ya costó dos vidas.
Señor presidente, con estos elementos, en un país medianamente serio el encargado del ramo, casi por dignidad renunciaría, ya sabemos que el secretario no va a renunciar, pero usted como su jefe, bien puede pedir que se vaya directito por el socavón de marras.
Pues eso.
