Organizaciones monitorean el cohete chino que viaja fuera de control

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El cohete chino Long March 5B viaja sin control a una velocidad de 28 mil kilómetros por hora y tarda en completar una vuelta a la Tierra hora y media; la última previsión dice que entrará en la atmósfera la noche del sábado al domingo, con un margen de error no obstante de más menos 7 horas y 45 minutos.

“A medida que el cohete vaya perdiendo altura en su órbita elíptica -ahora en el punto más cercano a la Tierra está a 160 kilómetros- se podrá reducir esta incertidumbre”, señaló Jorge Lomba, jefe del departamento de Espacio del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI) de España.

Las estimaciones más certeras, por tanto, sólo se podrán hacer unas pocas horas antes del reingreso, recalca este experto, quien señala que, según los últimos cálculos a partir de observaciones y modelos matemáticos, los restos del cohete que podrían caer a la Tierra lo harían en algún punto de los paralelos 41.

Y con mayor probabilidad en el Océano Atlántico, seguido del Pacífico y del Índico.

Es cierto, agrega, que en la zona que separa el paralelo 41 norte y sur se encuentra una parte de Europa y en concreto España, pero a día de hoy las posibilidades de que los restos caigan en superficie terrestre son muy bajas: “la probabilidad de que caiga en España ha aumentado un 50 por ciento en las últimas 12 horas, pero sigue siendo muy baja”.

“Durante las 15 horas en las que podría producirse la entrada en la atmósfera terrestre, sobrevolaría territorio español durante menos de 3 minutos”.

Tanto el Pentágono (Estados Unidos) como el Servicio de Vigilancia y Seguimiento Espacial de la Unión Europea (EUSST) están monitoreando el cohete chino que está fuera de control y ven poco probable que caigan restos del mismo en zonas pobladas de la Tierra.

El cohete (un Long March 5B), que fue utilizado la pasada semana por China para lanzar al espacio uno de los módulos de su futura estación espacial, tiene una masa estimada que oscila entre las 17 y las 21 toneladas y un tamaño de unos 30 metros, lo que lo convierte, en el pasado cercano, en uno de los mayores trozos de escombros que reentrarían en la atmósfera, de ahí su vigilancia continuada.

Los radares europeos han podido observar el objeto chino entre 15 y 20 veces los últimos tres días y los datos últimos del radar español se enviaron ayer: ahora el cohete está en una órbita en la que no puede ser captado por este radar.

Desde China el portavoz del Ministerio de Exteriores Wang Wenbin aseguró que “la mayoría de los restos del cohete se desintegrarán y se destruirán durante su reentrada en la atmósfera; es altamente improbable que causen ningún daño a la Tierra“.

Con información de EFE