Querían quemar al padre asesino de su familia, en Jalpa

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En Cunduacán, en una solitaria tumba fue enterrado el hombre que mató a su familia; el cadáver fue entregado en Nacajuca

Cunduacán, Tabasco

En una solitaria tumba del panteón de Huimango segunda sección, Esquipulas, quedó sepultado el cuerpo de Ramón Isidro Miranda, de oficio alijador, quien diera muerte a sus tres hijos así como a su esposa con un marro, cuando éstos dormían en su recámara.

El cadáver de éste hombre, por cuestión de seguridad y bajo un ambiente tenso fue velado en casa de su madre, Cleofas “N”, en la sección de La Candelaria, perteneciente a Huimango segunda sección, debido a que familiares de la que fuera su esposa lo querían robar para quemarlo posteriormente.

Él vivía con su familia en la ranchería Nicolás Bravo, de Jalpa de Méndez; “la verdad no sé qué le pasó a mi pariente, él era un hombre muy tranquilo, trabajador, responsable, y nunca supimos que tuviera problemas con su esposa, era un padre responsable y amoroso con sus hijos, un día antes de los hechos llevó a sus hijos con su familiares a Huimango”, dijo un familiar cercano.

“Además, el domingo llevó a sus hijos a la pista de hielo que habían colocado con motivo de las fiestas navideñas, y ya más tardecita los invitó a cenar unos tacos.

Lo demás, ya lo saben…”

En medio de rumores de que los familiares de la esposa de Ramón Isidro querían su cuerpo para quemarlo, el cadáver se tuvo que entregar en Nacajuca, por seguridad. El cuerpo fue velado, con vecinos de Huimango, pero no fue abundante, pues había un rechazo por lo ocurrido.

Al final sus restos mortales fueron llevados a su última morada, al panteón de Esquipulas, de Cunduacán, en donde no hubo sentimientos encontrados entre amigos y familiares del fallecido, por la forma trágica como ocurrieron los hechos.

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