El Episcopado pide a autoridades y sociedad hacer su parte para que los infantes vivan libres, se desarrollen y fortalezcan al sistema educativo
Notimex
30/04/2013 11:47
CIUDAD DE MÉXICO, 30 de abril.- En el Día del Niño, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) llamó a las autoridades y la sociedad a hacer cada quien su parte para que los infantes de México y del mundo puedan vivir libres, desarrollarse integral y plenamente, fortaleciendo a la familia y al sistema educativo.
“Vemos con dolor que la vida de muchos niños y niñas está marcada por la enfermedad, el rechazo, la soledad, el abandono, el abuso, la violencia, la explotación, el rezago educativo, el hambre o la miseria“, resaltó.
Ante esta triste realidad, cuestionó el organismo que agrupa a todos los obispos del país, ¿qué mundo estamos construyendo para nuestros niños? ¿Qué mundo estoy construyendo para ellos?
En un comunicado, el Episcopado Mexicano advirtió que para edificar un mundo en el que ese sector de la población pueda vivir y desarrollarse plenamente, es preciso hacer realidad la Convención sobre los Derechos del Niño aprobada por Naciones Unidas en 1989.
En sus 54 artículos reconoce que los niños y las niñas poseen los derechos innatos a la vida, a la propia identidad, a la familia, a la salud, a la educación, a condiciones de vida seguras y adecuadas, a la información y a expresar sus opiniones.
De igual forma tienen derecho a una atención especial en caso de alguna capacidad diferente, a la protección de la pobreza y de cualquier clase de abuso, así como al esparcimiento y al juego.
Porque “los niños no sólo son destinatarios, sino sujetos en la edificación de un mundo mejor. No obstante, requieren la ayuda de sus mayores”, destacó la CEM.
Al agradecer a Dios por todos los infantes del mundo, el Episcopado insistió en la importancia de hacer de nuestra familia y de nuestra sociedad lugares donde puedan vivir, desarrollarse integral y plenamente.
De acuerdo con la jerarquía católica de México, “el mayor bien que podemos brindarles es ayudarlos a encontrar a Aquel que nos ha creado, salvado y santificado, y en quien podemos recibir compañía, encontrar el sentido y la plenitud de la vida, edificar un mundo mejor, y alcanzar la eternidad feliz”.
