Los niños aman los dinosaurios

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¿Qué dice la ciencia?

Origen psicológico

El desarrollo de intereses conceptuales en infantes  se ha relacionado con mejores períodos de atención, habilidades cognitivas y persistencia.

Periodos

Uno de cada tres niños se muestra interesado en los dinosaurios según estudios. El rango de edad oscila entre los dos y  seis años. 

Mitos

Los especialistas subrayan que los estudios de inteligencia y dinosaurios, no son serios pero que los intereses conceptuales ayudan a crear habilidades.

Niños, dinosaurios y psicología

En niños, el gusto por dinosaurios no es nuevo, y el interés de la psicología por ella tampoco. En 1983, por ejemplo, la Asociación Americana de Psicología realizó un estudio con niños fascinados por estos animales para analizar el desarrollo de su memoria.

En años más recientes, este interés particular ha servido para conocer más sobre el desarrollo cognitivo infantil. En 2007, investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale documentaron que el gusto por dinosaurios es tan común que puede entrar en la denominación que ellos nombran como Intereses Extremadamente Intensos (EII, por sus siglas en inglés). De los 177 niños que fueron estudiados, un tercio presentó EII por objetos como vehículos, pelotas, libros, muñecas y, por supuesto, dinosaurios. El estudio descubrió otro dato importante: los niños tienden a interesarse de forma intensa por un objeto en particular más que las niñas.

El porqué del gusto por dinosaurios permanece aún bajo cierto misterio, aunque puede relacionarse con la fantasía que despiertan y el hecho de descubrir, más adelante, que a diferencia de otras criaturas con las que suelen jugar, éstas existieron en la realidad. Según el estudio, la mayoría de los EII surgen cuando los niños tienen un año y aparecen sin que los padres lo motiven. La percepción: algo en su forma —dice la teoría— les llama la atención y los atrae tanto que incluso puede llegar a dominar diversos aspectos de su vida.

El gusto por dinosaurios no es malo; al contrario: tiene beneficios para los procesos de aprendizaje de los niños. Según el estudio “The development of conceptual interests in young children”, publicado en el 2008 en la revista académica Science Direct, los intereses intensos les ayudan a los niños porque aprenden a categorizar, elevan su nivel de atención y persistencia, y mejoran sus niveles de procesamiento de información.