Se van filipinos de Las Choapas rumbo a México

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Juan Manuel Jiménez García

Las Choapas Ver.

Esta noche salieron rumbo a la ciudad de México, vía terrestre los cuerpos de los ciudadanos filipinos victimas mortales de un ataque terrorista en el bar Caballo Blanco en la ciudad de Coatzacoalcos Veracruz, junto con otras 28 personas más que el pasado 27 de agosto perdieron la vida.

De acuerdo con información eran tripulantes del buque “Caribe Liza“, el cual recién había desembarcado en el puerto.

Se trata de Bryan G. Varrón, de 36 años, y Nathaniel A. Alindan, de 31 años, quienes se encontraban tomando una copa en “El Caballo Blanco” al momento del ataque.

Fue el capitán del barco “Caribe Liza” quien se presentó en el Centro Integral de Justicia (CIJ) de Coatzacoalcos para reconocer los cuerpos de sus tripulantes.

El trámite por el que los filipinos no habían podido ser repatriados era por la legalización de sus actas de nacimiento a través de la embajada de su país.

Hasta el momento Funeraria Velasco es la encargada y la responsable para que los cuerpos lleguen a la ciudad de México y de ahí vía Japón o Ámsterdam la embajada de su país los pueda enviar a su país de origen.

Los cuerpos van conservados de acuerdo a las técnicas aplicadas de conservación de embalsamiento.

El peregrinar de los cuerpos se debe a trámites por parte de las autoridades y la embajada de Filipinas que no han permitido que los embarcados en el buque Caribe Liza puedan recibir cristiana sepultura en su país de origen.

Ante esta situación los cuerpos son preparados y embalsamados de nueva cuenta para que no sufran descomposición y puedan llegar a Filipinas en buen estado declaró Ramiro Velasco Rueda encargado de la funeraria.

Cabe señalar que las 28 víctimas restantes fueron entregados a sus familiares en un lapso menor a los dos días y que ya fueron enterrados en los diferentes municipios de donde eran originarios como fue el caso del joven choapense Habib Ojeda Sierra que sus restos fueron depositados en el panteón de la colonia Francisco Villa.

Como se informó de manera oportuna, los dos marinos filipinos decidieron aprovechar su día de descanso asistiendo al bar Caballo Blanco sin imaginar que encontrarían la muerte a manos de un comando armado que roció de gasolina el lugar para luego prenderle fuego.

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