Don Carlitos García, el mejor reparador de hamacas

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2009

Las Choapas, Ver.

Juan Manuel Jiménez García.

En uno de los locales del mercado de Los Coquitos, Don Carlos García Morales de 81 años de edad, se dedica a uno de los oficios más peculiares de la ciudad; la reparación de hamacas.

Con lento andar y la vista cansada, platicamos con este personaje de este lugar comercial de la ciudad, los locatarios y personas que acuden a realizar sus compras dedican un poco de su tiempo para saludar a Don Carlitos, hay que elevar la voz porque ya casi no oye y cada vez que escucha su nombre levanta su mano derecha en señal de agradecimiento.

Nos presentamos y tratamos de ganar su confianza, nos pregunta de dónde venimos y que deseamos, después de explicarle que la finalidad de esta charla es realizarle un reportaje para que los ciudadanos conozcan su labor, acceder a darnos una entrevista con la condición que le mandemos trabajo.

De entrada le preguntamos su es originario d este municipio;

“Soy del estado de Tabasco pero tengo muchos años viviendo en Las Choapas, me vine desde joven a trabajar porque en nuestro pueblo no había la manera de ganarse unos pesos, aquí me case y de ese matrimonio tuvimos 6 hijas, que por cierto la mayor es la que me cuida ya que tiene su trabajo propio y no depende de su marido como las demás.

Mi familia se dedicaba a tejer hamacas, en esos años se hacía con un hilo de seda más grueso y resistente, por eso solo se la hacía una hilera, no como ahora que se tiene que hacer reforzado para que no se rompan.

Pero antes de dedicarme a este oficio, tuve varios trabajos como fue cuidar ranchos, limpiar solares, sembrar árboles y hasta en una ocasión fui comerciante, desde luego que la reparación de hamaca dejaba dinero en esos tiempos porque no se acostumbraba dormir en camas como lo hacemos ahora.

Todos los integrantes de la familia tenían su hamaca, o lo compartían entre dos, pero yo me acuerdo que dormíamos en una con mi esposa, igual nuestras hijas compartían para ahorrar dinero y espacio, eran otros tiempos donde no se contaba con aire acondicionado y que lo más fresco era un hamaca”.

Hace una pausa para continuar con la charla, ya que siente fatiga y nos da a conocer que hace algunos días estuvo hospitalizado por causa del corazón, menciona que tiene prohibido agitarse o hacer coraje, pero que tiene las fuerzas para seguir viviendo, vuelve a tomar aire y continuamos con la entrevista.

Don Carlitos porque trabaja a su edad?

“No quiero ser carga para mis hijas, además lo que gano reparando hamacas me sirve para comprar algunos medicamentos y cosas que me hacen falta, además cuando hay trabajo me puede dar ciertos lujos como comer fuera de casa y hacer regalos a mis nietos, que aunque están grandes siempre me reciben un refresco”.

Nuestro entrevistado reconoce que ya la vista le falla, pero que la experiencia en este oficio hace que a veces realice trabajo con el puro tacto, de hecho su ojo derecho luce con carnosidad y que los doctores le han recomendado no operar debido a su edad, y por eso ha preferido no hacerlo y esperar un milagro para poder bien.

En el momento de la entrevista reparaba un hamaca que según nos explicó estaba deshilada y que el trabajo realizado le costará al dueño unos 250 pesos, ese precio porque tiene que comprar el hilo que y otros accesorios para realizar de la mejor manera el trabajo, dice tener muchos clientes que continuamente le llevan chamba, sobre todo de la zona rural.

Antes de despedirnos nos pide que agradezcamos al dueño del local donde trabaja, ya que sin cobrarle nada le permite usar el espacio para trabajar.

Don Carlitos es querido entre los locatarios y comerciantes, cuando llega a tempranas horas le llevan su vaso de café y atole, entre todos lo cuidan y tratan de animarlo para que siga adelante, por ejemplo el día de la entrevista se encontraba lloviendo y con clima frio, no falto alguien que le prestara una camisa manga larga para cubrirse de las inclemencias del tiempo.

Sin lugar a dudas, este personaje forma parte del paisaje urbano de la ciudad, y una historia de vida digna de admirarse y que debe de seguir de ejemplo para las futuras generaciones.

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