TULTEPEC, Estado de México.- Dolor tanto físico como emocional, nervios, sobresaltos nocturnos, pérdidas humanas, materiales y patrimoniales son sólo algunas de las secuelas que dejó la explosión hace una semana, del mercado de la pirotecnia en San Pablito.
Y es que los tultepequenses perdieron algo más que el mercado de pirotecnia conocido a nivel nacional, perdieron un ícono de identidad del municipio, perdieron la fuente de empleo y sustento de miles de familia.
Doña Delia Cervantes, tiembla al pasar frente al mercado, además no oye bien, ella ya tenía un problema auditivo que se acrecentó tras el estruendo que oyó a metros del mercado.
Su hermana -doña Pilar- la llevó este martes a que personal de la Secretaría de Salud del Estado de México le hiciera un estudio auditivo para saber si necesita un aparato o sólo tratamiento.
“Ella no puede voltear a ver el mercado porque empieza a temblar, fue una impresión muy fuerte perder esto, ella ya tenía un problema con el oído, y con el estallido le empeoró porque se siente mareada, triste, y casi no lo podemos creer, ella se siente muy mal”.
Desde hace una semana los pobladores de Tultepec tienen la triste “resaca” emocional y física del accidente.
“Fue un eco muy fuerte, haga de cuenta que retumbó, se oyó muy potente, yo sentí que mi casa se caía, tembló la tierra y se cimbró toda la casa, yo empecé a dar vueltas, estaba desorientada porque se sintió demasiado fuerte, yo ya traía un problema pero ahora siento más, tengo mareos, vértigo.
“Yo pensé que era un tanque de gas cerca de mi casa, yo pensaba que el tianguis ya no se iba a ir, era muy seguro, pero cuando sentí se empezó a cimbrar la tierra y llegó como una onda, un aire que te avienta, yo empecé a dar vueltas en mi casa y a sentirme mal”, relató Candelaria Cruz quien escuchó el tronido a un kilómetro de distancia del mercado.
Don Margarito Pineda perdió a tres familiares, recuerda que él solo corrió y logró salvarse de la explosión.
“No asimilamos las cosas, perdí a mis familiares, perdimos todo, solo corrí para salvarme, piensa uno muchas cosas pero desde ese día no descanso y tengo el zumbido permanente en los oídos, me siento traumado”.
Además de estudios y tratamientos auditivos y visuales gratuitos por parte de la Secretaría de Salud estatal, el Ayuntamiento y organizaciones civiles brindan apoyo psicológico a quien lo solicite.
