¿OIGA USTED… FELICIDAD!

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Por El Bicho Politicón

Ahora que estamos en el ombligo de la semana quiero disertar sobre un tema harto tocado y sobre el cual todo mundo tiene su opinión y, en ocasiones, se le trata con una superficialidad que raya en lo vacío…

Tengo un gran amigo que se ‘siente’ feliz cada vez que ve engordar su cartera, algún otro siente mucha felicidad cada vez que ve a su novia, también están mis amigas que las hace inmensamente felices ir de ‘shopping’ a alguna plaza comercial, por lo que yo les pregunto: ¿la felicidad es algo que podemos encontrar en las cosas de afuera? Según mis amigos sí, hagamos un primer acercamiento a una definición que puede ajustarse a lo que sienten mis amistades.

La felicidad es un sentimiento de satisfacción, en el que nos parece que la vida es como debe ser. La felicidad perfecta, la iluminación, viene cuando todas nuestras necesidades están totalmente cubiertas.

Bien, las necesidades de mis amigos están cubiertas, por lo menos las que ellos consideran importantes, pero pensemos en sociedades donde las necesidades ‘realmente’ están totalmente cubiertas como Finlandia o Suecia, pero donde hay altos índices de suicidio y lugares como el Tíbet, ahí donde las posesiones más preciadas son la espiritualidad y una vida sencilla, lo que se traduce en felicidad, ¿cómo explicar esos fenómenos?

Ante todo, tenemos la idea occidental de felicidad, desde pequeños nos bombardean con estímulos ‘negativos’ de alcanzar la felicidad: tome esto y será feliz, compre un auto y tendrá la mujer de sus sueños, coma, beba, fume adquiera… un sinfín de cosas que nos dan la falsa idea entre consumo y felicidad; así nos perdemos la primera infancia porque la sociedad nos exige ser ‘competitivos’, nos perdemos la adolescencia porque queremos imitar al títere de moda, nos perdemos la juventud queriendo llenar ‘moldes’ preestablecidos o en querer romperlos.

Nunca nadie nos dice que ‘vivamos’ el momento, el hoy, el aquí y ahora, no nos enseñan a disfrutar un amanecer, el contemplar la lluvia, el saber escuchar. Hace mucho escuché que la verdadera felicidad está en dar… todos tenemos algo para dar: una sonrisa, un saludo, tiempo.

Al final se trata de regalarnos a nosotros mismos la oportunidad de ser felices, felicidad y amor van de la mano y como dijo el Maestro hace más de 2 mil años “amar al prójimo como a uno mismo”.

En todo caso se trata de ser feliz, esto es como la risa, cuando vemos a alguien reír, nos da por reír a nosotros mismos, la felicidad es contagiosa, hagámosla viral…

Pues eso.

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