Roban a cachondo campesino.

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Cuando abrió los ojos “El Semental” ya no tenía sus pertenencias

Las Choapas, Ver.

Redacción.

Un ‘campira’ de la comunidad de Tenochtitlan, perteneciente al municipio de Minatitlán, acudió a esta ciudad para realizar algunas compras, y para hacer sus actividades con tiempo, se vino un día antes, sin imaginar que sufriría un robo muy peculiar.

Estando en Las Choapas decidió visitar el Parque Central Benito Juárez, estando en este lugar de esparcimiento, quedó encantado con las figuras de las mesalinas que deambulan por este lugar, y pensando que era su oportunidad de conocer otras experiencias, contrató los servicios no de una dama, sino de dos, total, pensó hacia sus adentros, en su ejido lo conocían como “El Semental” y tenía que demostrarlo.

Después de saciar sus bajos instintos con las trabajadoras de la profesión más antigua del mundo, y descansar unos minutos, se encaminó a realizar sus compras, pero no contaba que la figura de otra mujer lo iba a cautivar, y ya envalentonado y todavía con los efectos de la pastilla azul, preguntó por el precio de sus servicios, solo fueron segundos en llegar a un acuerdo, y por tercera ocasión, el campesino se dejó llevar por los deseos de la carne.

Exhausto, pero con una sonrisa en el rostro que no le cabía, invitó a su dama de compañía a tomar unas cervezas y probar alimentos para recuperar las energías, y sintiéndose un Richard Gere y su Julia Roberts, dirigieron sus pasos hacia una de las cantinas de la calle Emilio Carranza, cerca del antiguo muelle.

Ahí, al sonido de las copas y la música de los Tigres del Norte en la rockola, pasaron los minutos y las horas.

“El Semental de Tenochtitlan perdió la noción del tiempo, y cuando abrió los ojos, se encontraba en una humilde de la colonia Ignacio Zaragoza, que, a decir de los comunicativos vecinos, lo había llevado un taxi hasta allá.

Todo desorientado, se revisó las ropas y también el cuerpo, por las malditas dudas que ya con unos tragos encima, a algunos hombres les da por tener gustos raros.

Sin preguntar, salió del lugar rumbo al centro donde recordaba que había dejado su mochila, que contenía la cantidad de 4 mil pesos, papeles personales y una cadena para sierra eléctrica, pero en la cantina disfrazada de comedor, le dijeron que se los había llevado en compañía de la mujer.

Adrián tardó todavía un tiempo en darse cuenta que le habían robado, y con toda la pena del mundo, acudió a la comandancia de la policía municipal para solicitar ayuda para recuperar sus pertenencias.

Fue acompañado por una patrulla hasta la vivienda donde despertó, suplicando pidió hablar con la mujer que lo había embrujado con sus encantos, pero los moradores de la casa, negaron que una mujer con las características dadas por el hombre viviera ahí.

Y pues como el nuevo código penal dice que si no hay flagrancia no hay delito, al “Semental” no le quedó de otra que regresar a su comunidad con la cola entre las patas.

Y aunque dijo ser soltero, se mostró preocupado por la explicación que tendría que dar allá en el rancho, donde es catalogado como un ‘macho alfa’.

Aunque lo bailado nadie se lo quita, y a reserva de hacerse unos análisis por la falta de uso de preservativos, este día será recordado como uno de los mejores de su vida.

Las autoridades lo invitaron a formular su denuncia en la Fiscalía del Estado, pero desistió porque no quiere perjudicar a la mujer que lo llevó al paraíso.

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