Ser optimista te da mas años de vida, según estudio

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Un nuevo estudio lo asocia a una mayor longevidad

Tu actitud quizá sea la clave para una larga vida. Unos investigadores de la Universidad de Harvard estudiaron el impacto del optimismo en la esperanza de vida de las mujeres y encontraron que el optimismo se asociaba con una mayor longevidad, por ejemplo vivir más allá de los 90 años de edad, según publica HealthDay News.

La autora principal del trabajo, Hayami Koga, candidata doctoral en la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, en Boston, decidió que en lugar de enfocarse en los factores de riesgo, se centraría en los recursos positivos y su impacto en la salud y la muerte.

“Para comenzar a abordarlo deseábamos sopesar los beneficios de los recursos psicológicos, por ejemplo el optimismo, como posibles nuevos objetivos para promover un envejecimiento saludable”, plantea Koga. “En un estudio anterior nuestro grupo de investigación encontró que el optimismo se vinculaba con la longevidad, pero habíamos observado a poblaciones sobre todo blancas. Queríamos ver si el optimismo también podría ser un recurso del envejecimiento saludable en otros grupos raciales y étnicos”.

Esta distinción es importante, porque en lugares como Estados Unidos unas poblaciones diversas tienen unas tasas de mortalidad más altas que las poblaciones blancas. (La esperanza de vida actual en Estados Unidos es de 77 años).

¿Qué relación hay entre el optimismo y la longevidad?

El nuevo estudio encontró una asociación entre el optimismo y una vida larga en todos los grupos raciales y étnicos.

Los investigadores analizaron los datos y las respuestas a encuestas de 159,000 participantes en la Iniciativa de Salud de las Mujeres, que incluyó a mujeres posmenopáusicas de Estados Unidos de 50 a 79 años de edad que se inscribieron en la década de 1990 y a quienes se dio seguimiento hasta por 26 años.

El equipo de expertos usó una medida psicológica del optimismo en que las participantes calificaban sus sentimientos en afirmaciones como: “En las épocas de incertidumbre, usualmente espero lo mejor”.

El estudio encontró que la cuarta parte de las mujeres más optimistas eran propensas a tener una esperanza de vida alrededor de un 5% más larga que las demás. Tenían un 10% más de probabilidades de vivir más allá de los 90 años, en comparación con el 25% de las mujeres que eran las menos optimistas.

“Los científicos todavía no comprenden del todo las vías que vinculan al optimismo con la salud y la longevidad. Y como no podemos explicar del todo la relación mediante estas conductas relacionadas con la salud, pensamos que deben estar sucediendo otras cosas”, apunta Koga.

Especula que tal vez las personas optimistas regulan mejor sus emociones en las situaciones estresantes y tienen unos perfiles biológicos más favorables, por ejemplo unos niveles más bajos de inflamación.

Es posible que las personas optimistas también tengan un mayor respaldo social, sugiere Koga.

“Se necesita más investigación para ver si estos procesos ayudan a explicar la relación que observamos entre el optimismo y unas vidas más largas”, añade.

El estilo de vida, clave en el optimismo

Koga afirma que ciertos factores de un estilo de vida saludable, por ejemplo una dieta saludable y el ejercicio regular, explicaban alrededor de una cuarta parte de la relación entre el optimismo y la longevidad.

Los investigadores encontraron que el optimismo podría ser un importante recurso a tomar en cuenta cuando se promueven la salud y la longevidad. Koga señala que los estudios han mostrado que el optimismo se puede cambiar mediante intervenciones activas, entre ellas algunos métodos psicológicos, como escribir sobre las experiencias positivas y la gratitud.

“Tendemos a enfocarnos en los factores de riesgo negativos que afectan a nuestra salud y esto sin duda es importante”, dice Koga. “Pero también es importante pensar en las cosas positivas, como el optimismo, que pueden afectar a nuestra salud, y practicarlo para mantenernos sanos y vivir más tiempo, sobre todo si vemos que estos beneficios se observan en grupos diversos”.

Los hallazgos se publican en una edición reciente en línea de “Journal of the American Geriatrics Society”.

Aunque la genética puede influir en el temperamento, los eventos vitales también pueden tener un impacto en el optimismo de una persona, afirma la doctora Ludmila De Faria, presidenta del Comité de Salud Mental de las Mujeres de la Academia Estadounidense de Psiquiatría y profesora asociada de la Universidad de Florida.

Sentir que se tiene cierto control sobre los eventos e intentar realizar cambios incluso después de la adversidad puede resultar útil, afirma. Además, la asociación con personas positivas puede ayudar a superar ciertas dificultades.

¿Se puede ser optimista siempre?

De Faria advierte que no siempre es posible que todo el mundo se sienta optimista y no se debe sentir vergüenza si no puede lograrlo dadas las circunstancias vitales.

“A veces, no es culpa tuya. No es que se estén equivocando. No quiero que alguien que está intentando llegar a final de mes, que tiene tres trabajos, que no puede dormir bien porque tiene que trabajar todas esas horas, que es un padre soltero, que tiene un tiempo muy limitado para las interacciones sociales con otras personas, interprete que esto significa que, encima de todo eso, debería estar trabajando para replantear su reacción a la adversidad y quizá hacer más yoga”, enfatiza De Faria.

De Faria piensa que unos cambios sociales permitirían a las personas volverse más optimistas y mejorar su salud mental y física. Entre los respaldos que podrían ayudar a los que tienen unos niveles más bajos de ingresos se encuentran acceso a atención de la salud, una guardaría subsidiada y una educación que lleve a empleos que ofrezcan buenos ingresos.

“Sí, es maravilloso que si se es más optimista se vive más tiempo, pero, como sociedad, ¿cómo podemos facilitar que se tengan unos hábitos más saludables y se sea más optimista?”, pregunta.

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