El cine en Las Choapas

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Juan Manuel Jiménez García.

Las Choapas, Ver.

En la actualidad existen programas, paginas, portales y demás alternativas para ver una película, con los dispositivos móviles puedes hacerlo prácticamente en cualquier lugar y con una calidad en 4k, los estrenos son cosa de horas para que lo disfrutes, pero no siempre fue así, nuestros abuelos y padres tenían que esperar meses, incluso años para ser parte de una gala cinematográfica y al igual que en otras ciudades, Las Choapas, tiene su historia en el cine.

En la calle Emilio Carranza, que fue, en los inicios de la fundación de la ciudad, la arteria principal donde se encontraban todos los comercios, hoteles, consultorios, boticas y abarrotes, también estuvo el primer lugar donde se proyectaron películas.

Datos proporcionados por el cronista de la ciudad Roberto Palma Prieto, indican que en el año de 1931, llegaron procedentes del estado de Oaxaca, José Guadalupe Alcántara y Juan Medina, quienes construyeron la primera sala de cine llamado “El Tívoli”, lugar donde actualmente se encuentra parte de la propiedad conocida como la hielera de Prados.

En este cine se proyectaron películas de todo tipo, pero sin lugar a dudas, las favoritas del incipiente público de Las Choapas, eran las mexicanas, que eran las cintas pioneras de la época dorada del cine mexicano, desde luego que todas las películas eran en blanco y negro y para toda la familia, aunque hubo ocasiones que pasaban películas para adultos, estos filmes, consistían en desnudos parciales y no acción explicita como la conocemos ahora.

Por cierto, por estas películas, algunas familias se inconformaron y pusieron su queja ante las autoridades, por tal motivo, el Tívoli dejó de proyectar este tipo de filmes.

Era tal el auge del cine en el incipiente poblado de Las Choapas, que otros visionarios adquirieron unos terrenos en donde en la actualidad se encuentra el que funcionara como salón de baile de música disco y que es propietario un funcionario del gobierno municipal.

En ese lugar, se construyó el Cine Nacional, y para platicarnos de esa sala cinematográfica, acudimos con un sobreviviente de esa época; Carlos Tapia Márquez, que trabajó como portero en este nuevo cine.

Tapia Márquez nos dice que la calle Emilio Carranza era en su tiempo el lugar donde se daban cita todos los choapenses, recuerda que el Cine Nacional, que en un tiempo fue de su tío Carlos, estaba rodeado de negocios, como era la cantina llamada La Zona Fría, La Carta Blanca, Las Brisas del Tancochapa, Mi Ranchito, cerca se encontraba el telégrafo, Felipe Hernández, el sastre de moda, donde todos los caballeros de la región iban a su local para que les hiciera sus pantalones a la medida, era tal el trabajo que llegó a tener 8 empleados.

Pero volviendo a la sal de cine, nos dice que era la construcción de madera y lámina, que los boletos eran recortes de cartulina con el sello del cine, que el precio para los niños era de 1.50 y para los adultos 3 pesos, que en el intermedio había unas tecas que vendían sus productos, todos ellos hechos por ellas mismas.

Tapia Márquez comenta que los rollos de las películas, las mandaban por ferrocarril, que había que ir a la estación de tren de Tancochapa por ellas, pero si urgía una película de estreno, se iban hasta la ciudad de Coatzacoalcos.

El cine nacional vivió la época dorada del cine Mexicano, en su pantalla se proyectaron cintas como ‘Nosotros los Pobres’, ‘Ahí está el detalle’ con Cantinflas, ‘Doña Bárbara’ y demás películas cómicas y melodramáticas.

Para finales de los años 40s, trabajadores petroleros en activos, presentaron un proyecto para construir un edificio donde tuvieran la oportunidad de presentarse espectáculos de todo tipo, entre ellos la proyección de películas.

De nuevo recurrimos al cronista de la ciudad, que con la memoria que lo caracteriza, nos platica de este nuevo cine.

“Este espacio se abrió por la necesidad de las familias petroleras que estaban creciendo ya en la ciudad, y por mandato del sindicato petrolero, que con la finalidad que sus agremiados tuvieran la oportunidad de tener contacto con la cultura, crearon una comisión para proyectar funciones, donde todos pagamos nuestro boleto que costaba 3.50 pesos”, ilustró el cronista.

Para el cronista de la ciudad y para muchos choapenses, el cine de la sección 26 marcó un antes y un después en la historia de Las Choapas.

Fue el primer lugar donde se proyectaron las primeras películas en color, cómo no recordar los llenos cuando estaban de moda los hermanos Almada con su filme La ´Banda del Carro Rojo’, o del Santo el Enmascarado de Plata, cuando se realizaban matinés con dos películas y el boleto costaba solo un peso.

O aquellas funciones de adultos, donde se estrenaba la película de moda Emmanuelle o ‘Garganta Profunda’.

O cómo no recordar la prohibición de la iglesia católica a la película de ‘El Exorcista’ por considerarla satánica, recuerdo que los choapenses que quisieron ver este cinta, tuvieron que viajar hasta la ciudad de Agua Dulce al cine de la sección 22.

El boom petrolero permitía que esta sala tuviera funciones todos los días y con estrenos los fines de semana.

En mi época de estudiante de secundaria, teníamos la costumbre de pasar por el cine sección 26 a apreciar los cartelones de las películas, o recuerdo bien cuando le preguntamos al encargado si la película era en inglés o español.

En la enorme sala del cine sección 26, varias parejas se dieron su primer beso, el espacio y la oscuridad de las butacas finales lo permitía.

Para finales de los 80s y principios de los 90s, era una realidad el poder ver cine en la comodidad del hogar con el formato beta y después el VHS, los establecimientos de renta de películas como Videocentro o Blockbuster enterraron los últimos cines de la región, y a pesar que en Las Choapas se resistieron a este cambio, poco a poco las funciones fueron desapareciendo de la cartelera del cine Sección 26.

En un último intento por atrapar a los cinéfilos, se creó el cinema Sección 26 y, paradojas de la vida, se ubicó en el mismo lugar donde empezó la historia del cine en la ciudad.

Hoy todavía luce imponente el cine sección 26, de manera espontánea se programan funciones de cine, la mayoría con fines de ayuda social, es recinto para graduaciones escolares, campañas religiosas y políticas.

Mientras tantos, los nietos de esas personas que acudieron a estos cines, hoy cuentan con Netflix, Claro Video, Blim, HBO y cualquier cantidad de aplicaciones para ver una película.

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