Unos enardecidos pobladores gritaron consignas en contra de quienes se dicen los dueños y pretenden buscar canonjías con los recursos del pueblo a través de prebendas.
Moloacán Ver.
Redacción 60 Minutos
Esta tarde-noche en la cabecera municipal de Moloacán se realizó una asamblea popular y el tema a tratar fue el agua donde unos enardecidos pobladores se manifestaron en contra de los que dicen ser los dueños Javier García Olan y Flor Zepeda Cruz.
Antecedentes.
La cabecera municipal de Moloacán tiene un sistema de agua que se surte de un cárcamo que se encuentra en los terrenos que eran de don Benito Pérez, quien hizo el compromiso de donar al pueblo esa parte de su terreno para que el pueblo de Moloacán gozara del beneficio de agua.
En la anterior administración, el exregidor, Javier García Olán, mediante triquiñuelas legaloides se hizo del terreno a través de su esposa, situación que aprovechó para tratar de chantajear a la actual administración: agua a cambio de beneficios económicos, como fueron aumento de su salario y una plaza para su hijo situación inaceptable para los habitantes de este pequeño poblado y para las autoridades municipales y que puso de manifiesto a los más de 600 pobladores que gritaron consignas de agredir al exregidor Javier García Olan alias el Bajito.
La asamblea.
Uno tras otro, los distintos oradores reivindicaban el derecho del pueblo al agua por una cuestión histórica y que así lo dejó establecido don Benito Pérez.
Afirmaron estar dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias para defender lo que es del pueblo y enfrentar a quienes dicen ser los dueños.
En su oportunidad, la alcaldesa, Victoria Rasgado Pérez, se puso del lado de su pueblo, llamó a la cordura y anunció un viaje a Xalapa para tratar el asunto con el diputado Amado Cruz Malpica, el Congreso del estado y la CONAGUA y ver los caminos que lleven a una expropiación por causa de utilidad pública.
Por todos lados este asunto tiene un fuerte tufo a corrupción, no puede ser posible que un regidor en funciones realice un contrato de compra-venta de una zona que era de interés público, ‘casualmente’ ese contrato se da unos meses antes de terminar su encargo y con la franca complicidad del anterior alcalde.
Poco a poco, este pueblo rebelde, participativo y de armas tomar, fue volviendo a la calma al sentir el apoyo de su alcaldesa, quien con una nueva actitud a la hora de gobernar ha tomado el ‘toro por los cuernos’ y se ha abocado a resolver el problema de raíz.
