La tragedia de “Lupe La Mocha”

0
899

Urbanhistorias de Cuichapa

Por Gustavo Martínez Contreras

Muchas de las mejores historias empiezan con una gran tragedia, a Guadalupe Ramos la tragedia la apuntó en los anales de la historia cuichapense…

Por la mañana los preparativos estaban a tope en su casa de por el Monumento a la Madre para ir ese día a Coatzacoalcos, en ese entonces (1948) solo había una manera de ir al antiguo Puerto México, se tomaba el kalamazo desde el entonces Campo Cuichapa a Tlacuilolapan, en la estación de Tlacuilo partía el tren hasta Villa Allende que cobraba 80 centavos y de ahí en una barcaza atravesaba el río y se llegaba a la algarabía de Coatzacoalcos.

Pues Guadalupe hizo el recorrido de ida, kalamazo-tren-barcaza, estuvo en Coatza haciendo las compras y se entretuvo viendo el mundo de gente que se daba cita en el puerto, en ese entonces había mucho extranjero. La hora de salida ya estaba marcada, el tren partía de regreso a Tlacuilolapan no muy puntualmente como amerita una población que se digne de ser festiva, por lo que tomó su barcaza de regreso poco antes de que el tren partiera.

Alcanzó el tren con tiempo de sobra para ir al baño y ya en Tlacuilolapan se hizo el transbordo al kalamazo que finalmente la depositaría, a ella y a otros tantos viajeros en Cuichapa. Pero lo que no sabía Lupe era que la tragedia la esperaba, poco antes de que se detuviera el transporte a Lupe de entró el ansía de bajarse del kalamazo, por lo que ni tarda ni perezosa y de un brinco saltó de su asiento, con tan mala suerte se tropezó y cayó a la vía pasándole las ruedas del kalamazo por encima. El caos.

Las citas con el destino siempre se cumplen y ese día Lupita se encontraría con el suyo. El resultado fue que se le amputó una pierna de tajo, por lo que de inmediato fue regresada a Coatzacoalcos para su atención médica.

Cosas que tiene la vida, el operador del kalamazo involucrado en el accidente de “Lupe La Mocha” (como se le empezó a conocer a Guadalupe), Fidel Aguilar se llamaba, algún tiempo después también perdió una pierna y el garrotero, algunas lunas después, llegó a ser el jefe del departamento de transportes.

“Lupe La Mocha” se sobrepuso a su ‘mala pata’ y se dedicaba a hacer ropa y puso una cantinita donde vendía cerveza. Los días se le hacían más llevaderos atendiendo a los clientes.

Es de destacar que a pesar de que la faltaba una pierna, amores le sobraban, la tragedia de Guadalupe Ramos es una prueba fehaciente de que la alegría, la felicidad salen del alma. “Lupe La Mocha” fue una mujer feliz, la tragedia solo fue un recuerdo amargo en su vida y al final le dio su mejor sonrisa.

Hasta aquí la historia de “Lupe La Mocha”, no se pierda el próximo jueves su Urbanhistoria, la última del año, por lo que aprovecho para desearle una muy hermosa navidad y que el año por venir sea de abundancia en asuntos de felicidad y amor que lo demás llega solo. Sea horrorosamente feliz.

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here