Por El Bicho Politicón
¿Se imaginan ustedes caminando por la calle, sin pudor alguno, a la verdad desnuda? Bueno, en esta ocasión, la verdad desnuda salió del fondo del socavón del Paso Express: desnudó a un gobierno federal corrupto, ineficiente, insensible, cínico… pero los gobiernos estatales y municipales no cantan mal las rancheras.
La Auditoría Superior de la Federación viene haciendo señalamientos sobre la corrupción desbordada en las licitaciones públicas, una cadena de compadrazgos, amiguismos, dedazos… no hay empresa que no eleve sus costos al final de la obra, la licitación es un papel que sirve solo para poner de mantel el día de la santa Cruz y para engrosar las cuentas bancarias de los amigos y/o familiares de los titulares de las distintas dependencias.
La verdad desnuda es el cinismo con el que salen a declarar estos funcionarios, oiga usted, “un mal rato” es lo que opina el secretario de comunicaciones y transportes sobre la muerte de dos personas en el socavón.
Me queda claro que este país se hunde en el gran socavón de la corrupción, no hay manera de hacer las cosas conforme a derecho, ponga usted un negocio y verá que todo mundo quiere su “tajada”, revise usted cualquier contrato de obra entre el gobierno (cualquier gobierno) y las empresas constructoras y encontrará un penetrante tufo a corrupción.
Vivo en un país donde nadamos en corrupción, en muertos, en fosas clandestinas, en impunidad, en secuestros, en robos, en asaltos, en donde la autoridad está pintada o es cómplice de los mismos problemas que dice combatir, vivo en un país donde los ciudadanos ya nos acostumbramos a eso. De verdad que no recuerdo otra época peor, hace 15, 30 años había una sociedad civil que exigía resultados, que salía a la calle a protestar.
Pero claro, en la televisión nos recetan la idea de que en Venezuela están peor y todos los días nos bebemos notas sobre la selección nacional y las rotaciones del entrenador… la verdad desnuda.
Pues eso.
