¡¡¡Funeraria Velasco, una empresa familiar consolidada a base de mucho trabajo y esfuerzo en LCH!!!

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Las Choapas De Mis Ayeres…

Por Alfredo Bandala

“No tienes que ser un genio, un visionario o graduado para tener éxito. Todo lo que necesitas es perspectiva y un sueño”: Michael Dell

Durante nuestro andar en la vida, cuántas historias hemos sabido de personas que provienen de una familia numerosa, de origen muy humilde y que la necesidad les hizo trabajar desde pequeños en lugar de estar en el espacio adecuado para un infante, en la escuela, para prepararse académicamente y tener la posibilidad de un futuro prometedor. Esos chiquillos que no pudieron asistir a clases  y que a la vuelta de los años nos enteramos que montaron un negocio próspero.

El protagonista de nuestra crónica de hoy,  Sr. Onésimo Velasco Ruíz, a pesar de no haber tenido la oportunidad de acudir a la escuela, pues solo cursó hasta segundo año de primaria, gracias a esa habilidad mental, a los golpes que la vida le enseñó desde muy pequeño que empezó a trabajar, y después de probar suerte en diversos oficios, se decidió por el de funerario el cual le ha dado muchas satisfacciones, amistades y enseñanzas.  Este negocio netamente familiar del cual dependen él y sus hijos.

Nace en la comunidad de Tecuanapa, Ver. un domingo 15 de febrero de 1940.  Hijo de los Sres. Félix Velasco Pinto  y Petra Ruíz Galicia. Sus hermanos lo fueron Eufemia, Esther, María, Samuel y Eduardo, quien estuvo a cargo de Onésimo y falleció muy joven.

Esa pasión por el trabajo y querer ser alguien en la vida se la aprendió a su padre, el Sr. Félix Velasco, quien nació en Cd. Guzmán, Jal. en 1901 y a la edad de 13 años ya se había enrolado en el ejército. Para que su familia no se enterara de ello se cambió de nombre y se hizo llamar “José Zúñiga”,  de hecho, sus familiares lo dieron por muerto pues se desapareció y no volvieron a saber durante muchos años de él.

Un tiempo después,  el Sr. “ José Zuñiga” o más bien, Félix Velasco Pinto, papá del joven Onésimo, apareció por Tapachula, Chis., conoce a quien sería su esposa, la Srta. Petra Ruiz Galicia y se la lleva a vivir a la congregación de Tecuanapa, una comunidad con demasiadas carencias y se dedica a la siembra de plátano. Ahí nacen sus primeros hijos y cuando Onésimo tenía 3 años, deciden irse a radicar a Las Choapas pues consideró que en esa población tendrían un mejor porvenir.

En Las Choapas ya nacen los hermanos menores de Onésimo y su papá,  con esa gran visión que siempre le caracterizó y que le heredó a sus hijos, decide cambiar de giro y empieza a elaborar carbón para vender. Aunque en ese tiempo los terrenos donde puso su pequeña “fabrica” de carbón quedaba muy retirada de la ciudad, se instaló ahí, donde hoy se ubica el hospital “Pedro Coronel” porque tenía a la mano la materia prima, estaba lleno de árboles de encino.

De muy niño, Onésimo se encargaba de llevarle de comer a su papá hasta esos terrenos, muy distante de donde vivía y se quedaba a ver como el jefe de familia vendía y cobraba, pidiéndole a su padre que si él podía ayudarle en ratos a “vender y cobrar” carbón , con la supervisión de su papá. Esa acción hizo que al niño Onésimo le despertara el gran interés por ser un vendedor nato.

Años después, los papás de Onésimo se separan.  Su padre se junta con otra persona , tiene más hijos, cambia de giro, empiezan a vender antojitos y un día decide empezar a vender tacos de barbacoa poniéndole a su negocio “taquería Israel”, nombre de su hijo mayor en su nueva familia. Y es esa taquería tan famosa que se ubica dentro del mercado Hidalgo.

El joven Onésimo empezó a vender frutas, paletas y poco a poco iba viendo que se le daba lo de las ventas. Reinvertía lo poco que ganaba y al poco tiempo ya empezó a vender “la fayuca” que venía de Chetumal, como limas, vajillas,  perfumes y cortes para pantalones de caballero. Los vendía en las ferias y aprendió a,  como un “merolico” a convencer a la gente de comprar sus productos.

Hay que recordar que en esos años  70´s, en Las Choapas había una infinidad de sastres resultado de la gran demanda por mandarse a hacer los pantalones con ellos, era muy común que los petroleros y especial los líderes sindicales usaran conjuntos tipo cazadores confeccionados por sastres de la localidad.

Al joven Onésimo se le veía por muchas partes de la ciudad, en las ferias, en el parque y mercado ganándose la vida honradamente con la vendimia de su fayuca y un día se topa con los  Sres.  José Solórzano Jiménez “Malacara” y  José Morales Solorza quienes eran funcionarios sindicales.  Se hacen de una gran amistad y le ofrecen trabajar por primera vez en Pemex.

Es así como logra ser trabajador petrolero por muy poco tiempo ya que un día, laborando como obrero, se accidenta, se lastimó un dedo y Pemex quería pagarle sólo el 4% por el accidente  por lo que le metió tercería y logra que fuera el 11%. Su cheque salió por $ 11, 000.00 el cual fue a cobrar a la ciudad de Coatzacoalcos.

En ese momento analizó si regresaba a Pemex a ganar un sueldo de obrero o era la gran oportunidad de emprender un negocio propio.

Hizo cálculos de si con lo que había cobrado por su accidente de trabajo compraba una cantidad de vidrio ( venían en cajas) y ataúdes para vender, cuánto le podía ganar y reinvertir. Habló con “Malacara” y el Sr. Morales  y les dijo que se iba a aventurar a emprender su propio negocio, que en caso de que no le funcionara, les pediría lo consideraran para seguirle dando contratos en Pemex a lo que los funcionarios sindicales  le dijeron  que con ellos, tenía las puertas abiertas.

Su gran amigo, Samuel Kuri,  quien atendía la primer funeraria que hubo en Las Choapas, “Funeraria Garcés” propiedad de una familia de Acayucan, le había comentado que le entrara al negocio de las funerarias y cuando tuvo esos $ 11, 000.00 en sus manos recordó la invitación de su amigo y se fue a la ciudad de México a comprar una camionetita de medio uso, comprar unas cajas de vidrios y unos pocos ataúdes. Nunca olvidara que por su gran amigo Samuel Kuri se hizo funerario.

Antes de que existiera la primer funeraria en nuestra ciudad, “ Funeraria Garcés”, cuando fallecía una persona, los deudos acudían al barrio de Tepito con el Sr. Santander quien al momento les hacía un ataúd de madera .

A estas alturas de la vida, el Sr. Onésimo ya estaba muy relacionado. Pone su funeraria en la calle Revolución # 32 justo frente a la fraternidad Tabasqueña y la mueblería Amado Guzmán García, no se quebró la cabeza en buscarle nombre, su apellido le gustó para que así se llamara y le nombra “Funeraria Velasco”. La gente que fallecía en el hospital de Pemex en las Choapas, “Funeraria Velasco” daba el servicio. En esa pequeña camioneta que había comprado de medio uso, hacía el cortejo fúnebre hasta el panteón. Tenía que bajar la tapa para que cupiera el ataúd.

Lo que lo animó a probar en este giro fue el darse cuenta que los servicios funerarios que había en esos años eran muy limitados. No se contaba con una carroza ni equipo de velación. Poco a poco fue conociendo más del negocio y siempre buscó la forma de ser más eficiente. Inició dando el servicio en la ciudad de Las Choapas y paulatinamente se fue extendiendo hasta el paralelo, a la zona rural de Las Choapas como  Francisco Rueda, Pedregal hasta llegar, en los años 70 y 80,s  hasta Rio Playas y el Cerro de Nanchital.

Llegó el momento en que el local que rentaba frente a la fraternidad tabasqueña le quedó chico y es como adquiera la propiedad en la misma calle Revolución # 79, ahora # 404, donde traspasa su funeraria y desde ese momento se anima a montar ahí mismo la vidriería  que tenía montada en la calle Emilio Carranza esq. Zaragoza.  Como sabía el oficio de plomería, también montó una ferretería. Tres giros en un mismo local.

Esa visión que Don Onésimo adquirió vendiendo en la calle por un buen tiempo, le valió para pensar que si no le pedían un servicio funerario, la gente en Las Choapas iba a necesitar un vidrio para una ventana o refacciones que se venden en una ferretería, es por ello que diversificó sus oficios.

Combinaba el negocio funerario con el de vidrios y aluminios y la ferretería. A él le tocó colocar, por instrucciones del Sr. Carmen Soberano Pérez, presidente municipal en turno, todos los vidrios  en la recién construida Escuela Secundaria Federal “Gral. Lázaro Cárdenas del Río”.  También le asignaron la colocación de toda la cancelería de aluminio y los vidrios, además de las cortinas en la unidad habitacional de Pemex, en la colonia Huapacal, las cuales eran confeccionadas por su esposa. Esas casas estaban recién construidas para que los ingenieros de Pemex vivieran con sus familias.

A los años, esa vidriería se la traspasó a su sobrino Sabino Flores quien se crió en casa de la familia Velasco Rueda y lo quiso como a un hijo más. Así es como Don Onésimo se dedicó a la funeraria y ferretería, cerrando ésta en 1980 pues la zona comercial de Las Choapas era la calle 20 de Noviembre y donde la tenía ubicada, ya vendía poco.

El Sr. Onésimo recuerda como una bonita anécdota que cuando terminó de colocar todos los vidrios en la secundaria, se presentó en la presidencia municipal con el Sr. Soberano Pérez para cobrar. Le dijo que se fuera con el secretario General de la sección 26 de ese entonces, Sr. Luis Pavón para que le pagaran la factura,  le dijeron que no había recursos para liquidarla en ese momento. Se regresa con el presidente municipal y de inmediato le ordena al tesorero del ayuntamiento, Sr. Ricardo Zárate que se la liquidara. . Ahí se dio cuenta que su trabajo era valorado.

Llegó a ser  durante 2 años contratista de Pemex y le asignaban que todos los vidrios que se quebraran en la Escuela primaria “Artículo 123”, él los cambiara. Le pedían pintura, madera, tela ciclón para los cercos, él los compraba y los facturaba con un 30% de utilidad. Fueron años de bonanza y el sr. Onésimo los supo aprovechar. Supo capitalizar las buenas relaciones y con toda dignidad se ganaba el pan del día.

En esos años, el sr. Onésimo se llevaba en las vacaciones escolares a sus dos hijos mayores, Rodolfo (+) y Abel a esas obras para que vieran de que se trataba el trabajo, detalle que sirvió para que se adentraran al negocio familiar.

Así como al Sr. Onésimo su padre le inculcó esa escuela de trabajo constante y siempre ver hacia adelante,  a pesar de muchas limitantes, él se los inculcó a sus 4 hijos Rodolfo (+), Abel , Lidia y Ramiro.

Con la llegada de más edad, de un trabajo incansable desde muy niño, Don Onésimo fue delegando responsabilidades del negocio  poco a poco a sus hijos, logrando que su hijo mayor, quien desafortunadamente fue víctima del Covid 19  y falleciera el 13 de julio del 2020, montara en San Andrés Tuxtla, Ver. su propia funeraria. Abel, otra en Villahermosa y en Las Choapas, es Ramiro quien lleva al 100% la administración de la funeraria matriz auxiliado por su hermana Lidia.

Sin el apoyo incansable de su señora Esposa, la Sra. Trinidad Rueda García, originaria de Tonalá, Chis. y  con quien contrajo nupcias en Marzo de 1964, no se hubiera cristalizado el éxito de este negocio 100% familiar. Es la funeraria Velasco  una de las  dos funerarias más famosas de nuestra ciudad. Desafortunadamente la Sra. Trini, como cariñosamente se le conoció, acudió al llamado de Dios el 8 de Octubre del 2019 y donde sus dolientes recibieron infinidad de muestras de cariño y solidaridad por ser de las familias más queridas de nuestra ciudad.

Abel y Ramiro terminaron la carrera de contador Público y todos los conocimientos adquiridos en el aula de clases lo han aplicado en sus respectivos negocios, dándole un servicio de primer nivel. Se apoyan en la tecnología digital, asisten a cursos y están en constante aprendizaje para poder estar a la vanguardia en el ramo funerario. “Funeraria Velasco” ya no es aquel negocio en el que se sentaban a esperar que les requirieran el servicio, ahora ellos van a las masas para ofrecer la diversidad de servicios con los que cuentan a través de las redes sociales.

En la actualidad, “Funeraria Velasco” ya es una marca registrada y cuenta con los siguientes servicios: Ataúdes de madera rústica y maderas finas barnizadas, también metálicos. Embalsamamiento profesional. Gestoría de trámites en acta de defunción. Traslados a todo el país y al extranjero. Hoy en día, el servicio de esta funeraria no tiene límite territorial. Asesorías o sesiones tanatológicas ( técnicas de elaborar un duelo digno). Arreglo estético, reconstrucción facial, cafetería, floristería, esquelas virtuales y las cremaciones que se llevan a cabo en Coatzacoalcos y Villahermosa.

En Las Choapas no existe la cultura de la cremación, solo un 3% de los servicios funerarios que su negocio otorga , es para cremar. Prefieren el entierro tradicional lo que ha causado un grave problema de espacio en el único panteón céntrico  que tiene nuestra ciudad, es tan obsoleto y falta de espacio que cuando una familia emigra completa a otras ciudades y olvida a ese ser querido desde no visitar su tumba y mucho menos pagar el derecho al municipio, la regiduría de panteones cede el derecho a un nuevo contribuyente, dando por resultado enterrar muertos sobre muertos.

 Hay otros dos panteones, el de San José del Carmen y el de Huapacalito pero cuando alguien que vive fuera de esas dos colonias que están muy retiradas de la zona urbana de Las Choapas, sus familiares prefieren sea enterrado en el panteón municipal de toda la vida.

Hasta el cansancio la ciudadanía choapense ha solicitado a los presidentes municipales en turno la construcción de un nuevo camposanto y hacen oídos sordos. De fuente confiable supimos que Lito Murrieta tenía todas las intenciones de construir un panteón privado, pero le pusieron miles de trabas y se desanimó.

Nos comenta el Sr. Velasco que desafortunadamente la pandemia por el Covid 19, ha cobrado muchas vidas humanas, incluso la de su hijo mayor. En el 2020 la actividad de trabajo para ellos se incrementó en un 30% en comparación al año anterior, era un promedio de 6 a 7 servicios funerarios diarios. Aunque eso se tradujo en mayores ingresos económicos, la sensación de miedo y dolor entre todos era latente porque corren el riesgo de infectarse.

Es por ello que las medidas de prevención para el manejo de cadáveres infectados por Covid 19 son muy rigurosas. Se ponen la vestimenta adecuada. Overol plastificado, botas de hule, guantes de nitrilo, careta facial completamente con filtros de gases y el constante uso de sanitizantes.

Esa demanda de servicios funerarios no se veía desde la época de los ajustes de cuentas en la zona rural de Las Choapas. Mucha gente proveniente de otros estados del país  que habían cometido algún homicidio, venían a la zona rural de nuestra comunidad, compraban ranchos tratando de refugiarse,  los localizaban y los asesinaban. Esos sucesos sangrientos inspiraron al periodista Luis Velásquez Rivera a publicar su libro “ Bamba sangrienta” donde narra algunos pasajes que homicidios en la zona rural de las Choapas, dando pie a que nos estigmatizaran como un pueblo violento durante muchos años.

En la actualidad, el Sr. Velasco delegó toda la administración de la funeraria matriz en su hijo Ramiro, la de Villahermosa es de su hijo Abel y se cerró la de San Andrés Tuxtla. Se entretiene con el negocio de renta de mobiliario y cuando les solicitan un servicio funerario, ve el movimiento con los albañiles para la construcción de las bóvedas en los panteones.

Trata de vivir tranquilamente después de esos duros golpes que la vida le dio dos años seguidos con la pérdida de su amada esposa y su hijo mayor. Viaja a Villahermosa a visitar a su hijo Abel y se entretiene con sus nietos. Procura mantenerse ocupado ya que toda su vida ha estado acostumbrado a no estar quieto.

Hoy, a 13 días de haber cumplido 81 años de edad, el 15 de febrero, se siente satisfecho con lo que hizo con su vida, la familia que formó y ver a sus tres hijos realizados y constatar que sus negocios van progresando,  le llena de plena satisfacción.  “No les heredé dinero, les enseñé como se gana el dinero dignamente, les enseñé a respetar a la gente para que a ellos y a mí nos respeten. Les enseñé a siempre ir con la frente en alto porque si podemos ayudar, lo hacemos” concluyó diciendo Don Onésimo Velasco Ruíz.

Les he enseñado a mis hijos a ser más humanos con los familiares del difunto, de por sí ya traen el gran dolor de perder a un ser querido, lo que requieren es un trato digno. Es por ello que en nuestras funerarias el servicio se cobra hasta que se termina de darse. 

Les recomiendo adaptarse a sus posibilidades económicas ya que los servicios funerarios van desde los $ 5, 000.00 hasta los $40,000.00. Ha habido casos en que no cuentan con el recurso para liquidar el servicio, ahí es donde firmamos un plan de pagos, pero no nos cerramos, siempre hay una solución y ese ha sido el motivo para que nos recomienden, el trato digno a los dolientes.

Me llena de satisfacción cuando llegan a buscarme para darme las gracias por la atención que mis hijos les dieron en esos momentos de tanto dolor.

El día de hoy, a través de esta crónica, hacemos un reconocimiento público a la gran labor que como comerciante nato ha realizado el Sr. Onésimo Velasco Ruiz durante muchos años. Personas como él que llegaron a poblar nuestra ciudad y se quedaron  realmente a trabajar y colaborar en el progreso económico de la misma.  Deseamos que siga muchos años más sirviendo a la comunidad choapense a través del servicio en sus negocios.

Nosotros, desde esta página de Facebook seguiremos publicando estas historias de vida de esas personas que merecen ser reconocidas públicamente por su aportación a nuestra linda ciudad.

RESPETUOSAMENTE

JOSE ALFREDO BANDALA ALMEIDA

Agradezco a mis amigos Abel, Lidia y Ramíro Velasco Rueda por la información proporcionada para la realización de la presente publicación.

HAGÁMOS QUE MÁS CHOAPENSES CONOZCAN UNA PARTE DE LA HISTORIA DE NUESTRA CIUDAD COMPARTIENDO ESTA PUBLICACIÓN!!!

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