Gareth Edwards: «Para mí, Godzilla es un samurái»

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El director, Bryan Cranston, Aaron Taylor-Johnson y Elizabeth Olsen hablan de la nueva entrega del monstruo atómico, algo entrado en quilos según los más críticosEl rugido de «Godzilla» vuelve a escucharse en los cines de todo el mundo. Un monstruo que nació de la irresponsable e incomprensible tragedia que supusieron las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki. Sesenta años después Godzilla mantiene, desgraciadamente, el mismo espíritu tras el desastre que supuso la explosión del reactor en la planta de Fukushima hace tres años. Es el héroe en favor del medio ambiente, el «Kaiju» (extraña criatura en japonés) más famoso del planeta, y regresa a la gran pantalla en una de las cintas más esperadas del verano.

Si en 1954 el director Ishiro Honda rodó el filme «Gojira», el primero de una larga saga de filmes dedicados a esta criatura, en el 2014 el inglésmGareth Edwards vuelve a la carga. De la mano de Lengendary Pictures, el sello productor detrás de las cintas de Chris Nolan y sin duda uno que apuesta por la calidad, Edwards firma su segunda película como realizador, ?la primera fue «Monsters» (2010)?. «Cuando me ofrecieron rodar la película creo que dije ‘¡Joder!’ o algo muy parecido. Me quedé tan sorprendido como todos los que escribieron en internet ‘¿quién es este director?’». Testamento de la calidad en la dirección y en la producción de «Godzilla» es la combinación escalada de emociones, tensión y efectos especiales, sin ser el típico filme de monstruos.

El gran desafío de Gareth Edwards

«Debo reconocer que al principio me puse muy nervioso porque si bien es una gran oportunidad, también podía convertirse en mi primera y última si lo hacía mal. Legendary me dijo que querían seguir la misma hoja de ruta de «Batman». Años atrás la franquicia de «Batman» se había vuelto muy tonta, la audiencia había dejado de tomársela en serio y tuvo que llegar Chris Nolan para transformarla. «Godzilla» se encontraba en ese mismo lugar y lo que yo he intentado es darle un giro al personaje, a la franquicia». Su filme, una apuesta de ciento sesenta millones de dólares, es un gran riesgo para los estudios y así lo reconoce Edwards: «Es un reto en el que me he entregado al máximo. Me he inspirado en las películas de Spielberg, de James Cameron, de Ridley Scott. «Godzilla» es una película de personajes dentro de un escenario de locura».

La historia comienza en Japón a finales de los noventa, cuando Joe Brody, papel que interpreta Bryan Cranston, trabaja en una planta nuclear. Tras un extraño seísmo que provoca un desastre nuclear su mujer muere y la cinta nos lleva al presente, a la vida de su hijo, interpretado por Aaron Taylor-Johnson, un militar que regresa a casa. «Godzilla es el héroe del filme, no mi personaje», bromea Johnson con su marcado acento británico. «Debo reconocer que lo he pasado muy bien rodando este filme. Respeto a Gareth, porque es un director sensacional con quien trabajaría de nuevo sin pensarlo».

Actores identificados con sus personajes

Para Johnson, casado con la directora de «50 Sombras de Grey» Sam Taylor Wood, con quien tiene dos hijas, la seguridad de su familia es lo más importante en su vida y en eso se parece al militar que recrea en la ficción: «Sé que no vamos a tener ningún ataque de un monstruo submarino, pero siempre pienso en cómo proteger a mi familia. Por eso me identifico con mi personaje, un hombre que tarda en entender cuáles son sus prioridades. No es un padre que esté presente, no es buen marido, siente mucha frustración hacia su propio padre y está perdido. Como actor me gustó crear un personaje tan complejo dentro de un filme donde los efectos especiales tienden a robar protagonismo».

Junto a Taylor Johnson y Craston aparecen en pantalla el actor japonés Ken Watanabe y la pequeña de las hermanas Olsen, Elizabeth. «Esta es mi primera película con efectos visuales, no sabía a lo que me enfrentaba. Si por un instante pensé que iba a ser un paseo por el parque me equivoqué por completo. Como actriz crees que simplemente tienes que convencer al público que estás dentro de tu papel, pero en realidad, con los efectos, la actuación se vuelve un trabajo muy técnico porque debes mantener una conexión física y verbal con algo que no tienes delante, con algo que en realidad no existe. Me he sentido como un pez fuera del agua trabajando en «Godzilla» y volvería de nuevo si Edwards y Legendary Pictures me lo pidieran».

«Godzilla»: un samurái, ¿gordo?

Cuando «Godzilla» emerge de las aguas del océano con sus 350 pies de altura, la cinta adquiere otra perspectiva. «Nosotros tenemos dos criaturas luchando una contra otra, un escenario que obliga al público a tomar partido por Godzilla», explica Edwards, quien no considera que su héroe sea demasiado gordo: «Se ha hablado mucho en internet sobre la gordura de Godzilla. Es absurdo, hemos hecho una criatura proporcionada de acuerdo a los edificios que le rodean. Con las redes sociales cuando uno dice una cosa y lo repiten cuatro mas acabamos teniendo conversaciones absurdas».

Las secuencias, cuidadosamente coreografiadas, revelan el talento de Gareth Edwards con la cámara, especialmente en la escena del tsunami donde demuestra su exuberancia visual: «Para mí, Godzilla es un samurai ancestral, el último guerrero de una raza hace tiempo perdida. De hecho utilizamos la armadura de los samuráis como parte del diseño de sus brazos. Son detalles pequeños pero importantes para mí», termina diciendo el director.

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