Por El Bicho Politicón
“Y sin embargo, se mueven”, así están los priistas estos días en que celebrarán su XXII Asamblea Nacional, con un presidente con el más bajo nivel de aceptación (20%), con escandalosos casos de corrupción, con aspirantes a la presidencia sumamente ‘flacos’, con una intención de voto de 15 %… ahí siguen, aplicando sus viejas prácticas para ganar unas elecciones muy complicadas (estado de México y Coahuila), negándose a morir para dejar que la democracia acabe de aterrizar.
No me cabe la menor duda de que no hay un PRI unificado, existen 32 versiones de priismo trasnochado que quisieran ver en el primer priista (el presidente) la figura fuerte de antaño, esa orfandad los hace proclives a desbalagarse, a tirar p’al monte, el Grupo Atlacomulco (el del presidente Peña) fortalecido al ganar la elección que tenía que ganar (estado de México) y los demás que quieren más PRI-gobierno.
Sin duda, el tema de la corrupción les va a pegar, no hay manera de esquivar el golpe, por más que se lo quieran achacar al presidente, la corrupción es parte de su ADN, no se concibe un PRI sin corrupción, de hecho, es la única institución fuerte que el priismo ha heredado al sistema político mexicano, son los padres de la corrupción y en este sexenio nos han mostrado el orgullo que tienen de serlo.
La asamblea se va a tratar no de cómo ganar la elección (que ya tienen perdida) sino de cómo pueden robársela o, en el peor de los casos, cómo pactar para que la derrota no los borre del mapa político nacional.
Tan mal están que sus posibles candidatos (Osorio Chong, Narro Robles o Nuño) ni en su casa los conocen y los que llegan a saber de ellos, tienen muy mala opinión, así que con esas cuentas y cuentos, la reunión de la mafia nos va a regalar notas de cinismo, pero también de humor involuntario, Rius (el recién fallecido caricaturista político) se daría un festín.
Aunque puede ocurrir como el cuento de Monterroso que cuando despertemos, el dinosaurio seguía ahí…
Pues eso.
