Por El Bicho Politicón
Participar en política conlleva tener una vida pública muy expuesta, recibir críticas de todo tipo, algunas fundadas, otras francamente sacadas del manual de carroña, es que en la viña del señor hay de todo y estando en este negocio la piel se pone dura… salvo algunas excepciones.
Y es que la llegada de la democracia no vino con más espacios para la participación política, pero sí con un alto grado de improperios contra las autoridades, basta recordar la mofa generalizada contra Vicente Fox, claro que el señor de las botas abonaba para ello.
Actualmente tenemos una amplia gala de comentarios negativos contra Peña Nieto, familia y gabinete, creo que, en su mayoría bien ganados. Claro que él puso a su empleado a investigarlo, con resultados tan malos que, “al no encontrar elementos, el señor presidente no debe nada”, y bueno, corrieron al lamebotas de Virgilio. Luego vino Peñita a pedirnos perdón y hasta regresó la casita que, según Virgilio, no tenía nada malo.
Claro que tenemos a los político “mecha corta”, esos que a la menor provocación se ponen los guantes y quieren repartir órdenes de aprehensión cual ministerio público en tiempos de juicios orales. Serenense, la cosa es tranquila, ya habrá tiempo de presentar los papeles inculpatorios o exculpatorios. Han salido muchos Virgilios para defender a don Omar, mucho ayudarían en guardar sus gritos de “Pepe el Toro es inocente” y mantener la calma.
Todo esto me recuerda a otro paladín de la honestidad, Javier Duarte, cuando dijo en el programa de Loret de Mola, que se iba a defender de las calumnias de que había sido objeto y al otro día se peló sin dejar rastro… hasta que fue capturado y espera la extradición en una cárcel de Guatemala.
Pues eso.
